MANUAL DE ESTILO DE EL PAIS
TÍTULO I: PRINCIPIOS
SECCIÓN 1: Política editorial
1.1. EL PAÍS se define estatutariamente como un periódico
independiente, nacional, de información general, con una clara
vocación de europeo, defensor de la democracia pluralista según los
principios liberales y sociales, y que se compromete a guardar el
orden democrático y legal establecido en la Constitución.
En este marco, acoge todas las tendencias, excepto las que propugnan
la violencia para el cumplimiento de sus fines.
1.2. EL PAÍS se esfuerza por presentar diariamente una información
veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad,
de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su
propio criterio.
1.3. EL PAÍS rechazará cualquier presión de personas, partidos
políticos, grupos económicos, religiosos o ideológicos que traten de
poner la información al servicio de sus intereses. Esta independencia
y la no manipulación de las noticias son una garantía para los
derechos de los lectores, cuya salvaguardia constituye la razón última
del trabajo profesional. La información y la opinión estarán
claramente diferenciadas entre sí.
1.4. El periódico no publica informaciones sobre la competición
boxística, salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los
púgiles o reflejen el sórdido mundo de esta actividad. La línea
editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello
renuncia a recoger noticias que puedan contribuir a su difusión.
1.5. Las falsas amenazas de bomba no deberán ser recogidas como
noticia, salvo que acarreen graves consecuencias de interés general.
Estas informaciones no hacen sino favorecer al delincuente y extender
ese tipo de conductas.
1.6. El periodista deberá ser especialmente prudente con las
informaciones relativas a suicidios. En primer lugar, porque no
siempre la apariencia coincide con la realidad, y también porque la
psicología ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida
a personas que ya eran propensas al suicidio y que sienten en ese
momento un estímulo de imitación. Los suicidios deberán publicarse
solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un
hecho social de interés general.
1.7. En los casos de violación, el nombre de la víctima se omitirá, y
solamente podrán utilizarse las iniciales o datos genéricos (edad,
profesión, nacionalidad), siempre que no la identifiquen. También se
emplearán iniciales cuando los detenidos por la policía o los acusados
formalmente de un delito sean menores de edad (18 años).
1.8. El hecho de que una información haya sido facilitada por una
fuente con la petición de que no sea difundida (en la jerga, una
información off the record) no impide su publicación si se obtiene
honestamente por otros medios. De otra manera, esa confidencialidad
supondría una censura externa para una información que está al alcance
del periodista.
SECCIÓN 2: Responsabilidad profesional
1.9. Los redactores del periódico no deben hacer el vacío a un
personaje o a una institución sólo porque hayan tenido problemas para
cubrir determinada noticia. El derecho a la información es sobre todo
del lector, no del periodista. Si se encuentran trabas, se superan; si
éstas añaden información, se cuentan; si no es así, se aguantan. Las
columnas del periódico no están para que el redactor desahogue sus
humores, por justificados que sean.
1.10. El periódico ha de ser el primero en subsanar los errores
cometidos en sus páginas, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin
tapujos. Esta tarea recae de manera muy especial en los responsables
de cada área informativa.
1.11. Todo redactor tiene la obligación de releer y corregir sus
propios originales cuando los escribe en la Redacción o los transmite
por télex, videoterminal o un instrumento similar. La primera
responsabilidad de las erratas y equivocaciones es de quien las
introduce en el texto, y sólo en segundo lugar, del editor encargado
de revisarlo.
SECCIÓN 3: Tratamiento de la información
1.12. El periodista transmite a los lectores noticias comprobadas, y
se abstiene de incluir en ellas sus opiniones personales. Cuando un
hecho no haya sido verificado suficientemente, el redactor evitará en
las noticias expresiones como ‘al parecer’, ‘podría’, ‘no se descarta’
o similares. Estas fórmulas sólo sirven para añadir hechos no
contrastados o rumores. En ese caso deberá aportar los datos ciertos
que le inducen a creer que algo ‘podría’ ocurrir o que ha sucedido ‘al
parecer’.
1.13. Los rumores no son noticia. Cuando el rumor sea utilizado por
alguna persona o grupo como arma arrojadiza contra otro, se podrá
denunciar este hecho, pero sin citar las acusaciones difundidas
mediante esa argucia.
1.14. Las fuentes. Las informaciones de que dispone un periodista sólo
pueden ser obtenidas por dos vías: su presencia en el lugar de los
hechos o la narración por una tercera persona. El lector tiene derecho
a conocer cuál de las dos posibilidades se corresponde con la noticia
que está leyendo. Para ello, se citará siempre una fuente cuando el
periodista no haya estado presente en la acción que transmite. Si la
información procede de una sola persona, se hablará de ‘fuente’ en
singular.
1.15. La atribución de la noticia a una fuente o fuentes no exime al
periodista de la responsabilidad de haberla escrito.
1.16. Cuando no se pueda citar el nombre del informante, conviene huir
de expresiones genéricas como ‘fuentes fidedignas’, ‘fuentes
competentes’ o ‘dignas de crédito’ (se sobreentiende que lo son; en
caso contrario, no deben utilizarse). Pueden emplearse, no obstante,
fórmulas que, sin revelar la identidad de la fuente, se aproximen lo
máximo a ella, por ejemplo, ‘fuente gubernamental’, ‘parlamentaria’,
‘judicial’, ‘eclesiástica’, ‘sindical’, ‘empresarial’ o ‘diplomática’.
Lo ideal es que la propia fuente elija el término adecuado mediante el
cual considere que no va a ser identificada, siempre y cuando ese
término no resulte falso
1.17. La palabra ‘fuente’ ha de emplearse en el texto cuando se aporta
una información personal. Por tanto, no se puede utilizar, por
ejemplo, la expresión ‘según fuentes municipales’ cuando se trate de
una noticia facilitada por el ayuntamiento a todos los medios de
comunicación. En este caso habrá de escribirse ‘según informó el
ayuntamiento’,
1.18. Hay que evitar el recurso de disimular como fuentes informativas
(‘según los observadores...’, ‘a juicio de analistas políticos...’)
aquellas que sólo aportan opiniones. En este supuesto, deberá
identificarse a la persona consultada. En otro caso, no resulta
interesante conocer una opinión si no se sabe quién la avala.
1.19. La aparición en otro periódico, antes que en el propio, de
informaciones de importancia no es motivo para dejar de publicarlas o
para negarles la valoración que merecen. Este criterio sirve
igualmente para las fotografías.
1.20. Es inmoral apropiarse de noticias de paternidad ajena. Por
tanto, los despachos de agencia se firmarán siempre, a no ser que la
noticia se confirme o amplíe con medios propios o que el texto del
teletipo haya sufrido retoques que afecten al fondo de la información.
En este caso, porque así se asume la responsabilidad de tales cambios.
1.21. Está terminantemente prohibido reproducir ilustraciones de
enciclopedias, revistas, etcétera, sin autorización previa de sus
propietarios o agentes. En todo caso, siempre deberá aparecer al pie
el nombre de la fuente.
1.22. Los comunicados transmitidos telefónicamente habrán de ser
avalados por una voz conocida para el redactor, en el supuesto de que
resulte imposible disponer del texto en un soporte como el télex o el
fax.
1.23. En los casos conflictivos hay que escuchar o acudir siempre a
las dos partes en litigio. Aquellos dudosos, de cierta trascendencia o
especialmente delicados, han de ser contrastados por al menos dos
fuentes, independientes entre sí, a las que se aludirá siquiera sea
vagamente. Siempre se hará constar, en su caso, que determinada
persona supuestamente perjudicada por una información no ha sido
localizada. Pero se explicará con esta fórmula o similar: ‘este
periódico intentó ayer, sin éxito, conversar con Fulano de Tal para
que ofreciera su versión’.
No se puede dar a alguien por ‘ilocalizable’ por el mero hecho de que
un redactor no le haya encontrado.
1.24. Si una información recoge hechos radicalmente distintos según
los narre una fuente o los explique otra enfrentada con la anterior, y
el periódico no se define en el texto por ninguna de ellas, el titular
no podrá ser adjudicado a una de las dos versiones en detrimento de la
otra.
1.25. Está terminantemente prohibido firmar una noticia en un lugar en
el que no se encuentra el autor, ni siquiera en el caso de los
enviados especiales que elaboren una información recién llegados de un
viaje. En este supuesto, será en la entradilla donde se haga constar
que tal información fue recogida por el firmante en el sitio, y la
firma puede ser reproducida sin acompañamiento de la ciudad o país
visitado.
1.26. Cuando en un relato resulte imprescindible omitir el nombre de
alguna persona y cambiarlo por otro, esta circunstancia se advertirá
al lector al comienzo del texto.
SECCIÓN 4: Tratamiento de la publicidad
1.27. Los espacios publicitarios no podrán ser utilizados para
contradecir o matizar informaciones publicadas en el diario. Para
estos casos existen los espacios Fe de Errores, Cartas al Director y
el Defensor del Lector.
1.28. La veracidad de los anuncios que entren en la esfera
estrictamente individual de las personas o las familias (esquelas,
desapariciones, avisos) deberá ser comprobada.
1.29. Nunca los intereses publicitarios motivarán la publicación de un
artículo o un suplemento. Los textos del diario deberán atraer al
lector, y este mecanismo, a su vez, arrastrará a la publicidad. En
ningún caso esa relación ha de excluir el sujeto intermedio, de modo
que los textos se conciban directamente para conseguir publicidad.
1.30. La publicidad siempre estará diferenciada tipográficamente de
los textos elaborados en la Redacción.
Los tipos de letra reservados para las informaciones no pueden ser
utilizados en la publicidad.
Los anuncios cuyo diseño se asemeje a las columnas de un periódico
deberán incluir en la cabecera la palabra ‘Publicidad’.
1.31. Durante las campañas electorales, la publicidad política no
podrá emplazarse en las páginas dedicadas a esta información.
1.32. Queda prohibida toda manipulación de las fotografías que no sea
estrictamente técnica (edición periodística, eliminación de defectos
de revelado o de transmisión). Ni siquiera se podrá invertir una
imagen con el propósito de que la cara de la persona fotografiada
dirija su vista a la información a la que acompaña.
1.33. Las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán
cuando añadan información.
1.34. Debe extremarse el cuidado con la publicación de fotos de
archivo utilizadas como simple ilustración de contenidos de
actualidad. Los redactores han de velar por que tal inserción de
ilustraciones, al ser extraída del entorno en que fueron tomadas, no
dañe la imagen de las personas que aparezcan en ellas. En cualquier
caso, deberá expresarse en el pie a qué fecha y situación corresponde
la fotografía.
SECCIÓN 6: Entrevistas
1.35. Los defectos de dicción o de construcción idiomática de un
entrevistado —por tartamudez, por ser extranjero o causa similar— no
deben ser reproducidos. Sólo cabe hacerlo en circunstancias muy
excepcionales, más que nada como nota de color, pero siempre que no se
ponga en ridículo a esa persona. En todo caso, se preferirá hacer
mención de este defecto en la entradilla que ha de preceder a toda
entrevista, de la manera más breve y respetuosa posible, a la
reiterada insistencia en esa falta.
1.36. Las conversaciones serán grabadas en cinta magnetofónica. El
personaje preguntado confía, al conceder la entrevista, en la
profesionalidad del periodista que debe transcribir y resumir sus
ideas. El periodista podrá —si así lo desea el entrevistado y para su
mayor tranquilidad— facilitarle una copia de la transcripción antes de
que sea publicada, de modo que éste tenga la oportunidad de corregir
expresiones que hubieren sido mal transcritas. Pero no podrá alterar
el diálogo que el periodista consiga extraer durante la conversación,
ni incluir matizaciones que no figuren en la cinta magnetofónica.
Cualquier conflicto sobre la correcta transcripción se resolverá con
la grabación. De no existir ésta, se concederá el beneficio de la duda
a la persona entrevistada.
1.37. Salvo en situaciones muy excepcionales, no deben realizarse
entrevistas mediante cuestionarios previos. Y, en ese caso, ha de
advertirse al lector.
SECCIÓN 7: Encuestas
1.38. Al hacerse eco de encuestas o sondeos de opinión, la información
debe responder a las siguientes preguntas:
— ¿Quién pagó la encuesta?
— ¿Cuándo fue realizada? La mayoría de los encuestadores admite que
pueden producirse cambios imprevistos, de última hora, en la opinión
de los votantes.
— ¿Cómo se obtuvieron las entrevistas? Los ciudadanos son menos
tímidos por teléfono que en persona.
— ¿Cómo fueron formuladas las preguntas? Pueden ser densas para
obtener el resultado deseado. Incluso ha de tenerse en cuenta el orden
de las preguntas.
— ¿Quiénes han sido encuestados? ¿Cómo fueron elegidos, partiendo de
un censo, de una lista electoral, de una guía telefónica? ¿Cómo se
realizó la selección desde esta base, al azar o con otro
procedimiento?
— ¿Cuántas personas había en el grupo con que se quería conectar?
¿Cuántas respondieron? ¿Cuál es el margen de error al proyectar los
resultados a un grupo mayor? A mayor número de respuestas, menor
margen de error.
— Si hemos resaltado las respuestas de un grupo más reducido que el
total de los encuestados, ¿de cuántas personas se componía ese grupo y
cuál es el margen de error al proyectar los resultados?
SECCIÓN 8: Expresiones malsonantes
1.39. Las expresiones vulgares, obscenas o blasfemas están prohibidas.
Como única excepción a esta norma, cabe incluirlas cuando se trate de
citas textuales, y aun así, siempre que procedan de una persona
relevante, que hayan sido dichas en público o estén impresas y que no
sean gratuitas. Es decir, sólo y exclusivamente cuando añadan
información.
1.40. Si, de acuerdo con el párrafo anterior, hay que escribir una
palabra o frase malsonante, ésta se suscribirá con todas sus letras,
pero nunca de forma abreviada: ‘le llamó hijo de puta’, no ‘le llamó
hijo de p...’.
1.41. Nunca deben utilizarse palabras o frases que resulten ofensivas
para una comunidad. Por ejemplo, ‘le hizo una judiada’, ‘le engañó
como a un chino’, ‘eso es una gitanería’.
TÍTULO II: GÉNEROS PERIODÍSTICOS
SECCION 1: Normas generales
2.1. Uso del idioma. El propósito al redactar cualquier noticia es
comunicar hechos e ideas a un público heterogéneo. Por tanto, el
estilo de redacción debe ser claro, conciso, preciso, fluido y
fácilmente comprensible, a fin de captar el interés del lector.
2.2. Los periodistas han de escribir con el estilo de los periodistas,
no con el de los políticos, los economistas o los abogados. Los
periodistas tienen la obligación de comunicar y hacer accesible al
público en general la información técnica o especializada. La
presencia de palabras eruditas no explicadas refleja la incapacidad
del redactor para comprender y transmitir una realidad compleja. El
uso de tecnicismos no muestra necesariamente unos vastos
conocimientos, sino, en muchos casos, una tremenda ignorancia.
2.3. Los periodistas deben cuidar de llamar a las cosas por su nombre,
sin caer en los eufemismos impuestos por determinados colectivos. Así,
por ejemplo, el ‘impuesto revolucionario’ debe ser denominado
extorsión económica, al ‘reajuste de precios’ deberá llamársele
subida, y nunca una policía ‘tuvo que’ utilizar medios antidisturbios,
sino que, simplemente, los utilizó.
2.4. El periódico se escribe en castellano, y la regla general es que
no deben usarse palabras de otras lenguas, incluidos el catalán, el
gallego o el vascuence, mientras existan sinónimas en castellano. Esta
norma no tiene más excepciones que las expresamente recogidas en este
libro.
El criterio seguido en tales casos ha sido aceptar las palabras no
castellanas impuestas por su uso generalizado, de las cuales gran
parte incluso se escriben en redonda (por ejemplo, ‘whisky’); las que
no tienen una traducción exacta (por ejemplo, ‘striptease’, el
‘green’ del golf) y las que, de ser traducidas, perderían parte de sus
connotaciones (por ejemplo, ‘ikastola’, ‘geisha’, ‘calçots’).
2.5. Las palabras no castellanas se escriben en cursiva, salvo las
excepciones recogidas en el Libro de estilo, y desde luego, con la
acentuación, el género o los plurales que les corresponden en su
idioma original.
2.6. Los términos empleados deben ser comunes, pero no vulgares.
Cuando haya que incluir vocablos poco frecuentes —por estar en desuso
o por ser excesivamente técnicos—, es preciso explicar al lector su
significado.
2.7. Las frases deben ser cortas, con una extensión máxima aconsejable
de 20 palabras. Sujeto, verbo y predicado es regla de oro. No
obstante, conviene variar la longitud y estructura de las frases y los
párrafos. Es una forma de mantener el interés. Cambiar la forma, el
orden y los elementos de las frases resulta más importante incluso que
cambiar su longitud. Repetir la misma estructura es el camino más
seguro para aburrir al lector.
El empleo de las normas básicas de este Libro de estilo no implica el
uso de una escritura uniforme en todo el diario, puesto que son
compatibles con la riqueza, la variedad y el estilo personal.
2.8. Es preferible utilizar los verbos en activa y en tiempo presente.
Esto acerca la acción al lector. No sería aconsejable esta frase:
‘Felipe González dijo ayer que él seguía siendo el presidente del
Gobierno y que fue investido con mayoría absoluta’, si se puede
sustituir por esta otra: ‘Felipe González dijo ayer que sigue siendo
el presidente del Gobierno y que obtuvo la mayoría absoluta en su
investidura’.
2.9. En las informaciones siempre han de quedar bien claras las
circunstancias de tiempo en que se produce la noticia. Estas
circunstancias deben estar referidas a la fecha de publicación del
periódico. El corresponsal escribirá siempre su texto en el supuesto
de que aparecerá al día siguiente (por tanto, el mañana del cronista
ha de transformarse en su información en el hoy del lector);
corresponde a los editores modificar estas circunstancias de tiempo
cuando la publicación de la noticia haya de ser pospuesta.
2.10. Si en una información se hace referencia a un día anterior,
siempre que se trate de la misma semana se preferirá la mención
concreta de ese día (‘el martes pasado’) al uso de un adverbio
(‘anteayer’).
2.11. Rigor. La información debe ser exacta. Hay que evitar
expresiones como ‘varios’, ‘un grupo’, ‘algunos’, ‘numerosos’..., para
sustituirlas por datos concretos.
2.12. En los casos conflictivos hay que escuchar o acudir siempre a
las dos partes en litigio.
2.13. No hay que abusar de frases como ‘declararon a EL PAÍS’, ‘según
ha podido saber EL PAÍS’ y otras análogas. Expresiones como éstas
deben reservarse para las informaciones de carácter exclusivo o
excepcional.
2.14. Las muletillas como ‘...en declaraciones hechas en exclusiva a
EL PAÍS’, u otras análogas, están prohibidas. Tener una información en
primicia o exclusiva es algo que ha de enorgullecer íntimamente al
periodista, pero que no debe traspasarse al lector. Ya se encargará
él, si así lo considera, de valorar este esfuerzo informativo.
2.15. Las dificultades que haya tenido el redactor para obtener los
datos de su información tampoco interesan, salvo cuando tales trabas
son noticia en sí; es decir, cuando añaden información.
2.16. El autor de un texto informativo debe permanecer totalmente al
margen de lo que cuenta, por lo que no podrá utilizar la primera
persona del singular —salvo casos excepcionales autorizados por el
redactor jefe de Edición o quien le sustituya— ni del plural (ni
siquiera expresiones como ‘en nuestro país’, puesto que el periódico
se lee también fuera de España, o en España por personas extranjeras).
El adjetivo posesivo ‘nuestro’ incluye en ese caso al lector y al
informador, las dos personas que se comunican, y el lector no tiene
por qué ser español (y en algunos casos tampoco el periodista).
2.17. Edad. Los años que tenga el protagonista de una noticia,
entrevista o reportaje constituyen un dato informativo de primer
orden. Por tanto, debe incluirse siempre, a no ser que se trate de una
noticia sobre un personaje sobradamente conocido. En ocasiones, además
de la edad, son datos relevantes el estado físico o mental del
personaje.
2.18. Hay que evitar expresiones tan desafortunadas (y frecuentes)
como ‘una joven de 33 años’. La norma es la siguiente: bebé, menos de
un año; niña o niño, de 1 a 12 años; joven y adolescente, de 13 a 18
años; hombre o mujer, más de 18 años; anciana o anciano, más de 65
años. Este último término, sin embargo, sólo debe emplearse muy
excepcionalmente, y más como exponente de decrepitud física que como
un estadio de edad. En tales casos, sosláyese con expresiones como ‘un
hombre de 65 años’.
2.19. Vayan entre comas o entre paréntesis, no debe suprimirse la
preposición de delante del número con los años de la persona.
Ejemplos: ‘Juan López, de 25 años’, o ‘Juan López (de 25 años)’, pero
no ‘Juan López, 25 años’ ni ‘Juan López (25 años)’.
2.20. Citas. Jamás ha de escribirse que un personaje ha insinuado algo
si no se reproduce a continuación la expresión textual, de modo que el
lector pueda corroborar la interpretación del periodista o discrepar
de ella.
2.21. Las citas o reproducciones literales de un texto irán
entrecomilladas, no en cursiva. Hay que distinguir entre lo que es una
cita textual y lo que es parafrasear un dicho.
2.22. La cita de una frase escrita o pronunciada en un idioma distinto
al castellano no obliga a escribirla en cursiva; la cursiva se emplea
para los neologismos o palabras sueltas no castellanas, pero no para
frases enteras.
Se recomienda no abusar de citas en lengua no castellana. Se supone
que la persona que escribió o pronunció una frase, si no habla
español, lo hizo en su idioma (lo noticiable sería exactamente lo
contrario). Este cultismo impediría al lector la comprensión del
texto. La norma es igualmente válida, o especialmente válida, en los
gritos o lemas, en casos como el de una manifestación. Si aun así se
hace una cita en una lengua distinta al castellano —por ejemplo, para
aclarar o matizar lo dicho—, entonces se añadirá la traducción entre
paréntesis.
2.23. Cuando una cita encierra otra, la primera llevará comillas
dobles, y la segunda, simples. En el caso de que el principio o el
final de las dos citas sea el mismo, sólo se usarán las comillas
dobles
2.24. Es una incorrección sintáctica emplear el que cuando se hace una
cita en estilo directo. Ejemplo: Pinochet dijo que ‘yo voy a
garantizar el orden’. Para expresar las palabras tal como fueron
dichas no debe utilizarse el que, y sí los dos puntos y las comillas.
Ejemplo: Pinochet dijo: ‘Yo voy a garantizar el orden’.
En cambio, en estilo indirecto sobran estos dos signos ortográficos, y
ha de ponerse el que. Ejemplo: ‘Pinochet dijo que él va a garantizar
el orden’ (véase el apartado 12.41 del Manual).
2.26. Medidas. Las cantidades de peso, longitud, superficie o volumen
jamás deben expresarse en cifras inferiores a la unidad, sea cual
fuere ésta. Se prefiere escribir ‘nueve milímetros’ a ‘0,9
centímetros’. Otra cosa es que la cantidad contenga una fracción; por
ejemplo, ‘11,200 kilogramos’. Tampoco deben emplearse las
abreviaturas. Lo correcto es escribir ‘90 centímetros’ y no ‘90 cm’.
Las abreviaturas sólo pueden usarse en tablas o cuadros estadísticos.
Normas internacionales sobre símbolos: sin punto, mayúsculas y
minúsculas, plurales. Iranor.
2.27. La presentación. Las páginas cuyos textos se vinculen a un solo
tema podrán tener una presentación, por encima del titular principal.
Este párrafo no sustituye a la entrada o lead. Debe centrar el asunto
del que se trate y englobar el contenido de todos los artículos de la
página o páginas que abarque.
2.28. La entrada. La entrada puede tener un tratamiento tipográfico
distinto al del cuerpo de la información. Principalmente en estos dos
casos:
1. En negra, cuando se trate de destacar la noticia más importante de
cada página (que no tiene que ser necesariamente la que va titulada a
un mayor número de columnas).
2. En redonda, para un reportaje o una entrevista.
Las entradas que se diferencian tipográficamente deberán escribirse en
un solo párrafo, sin puntos y aparte.
En el caso de los reportajes y entrevistas, deben redactarse de forma
que la entrada y el cuerpo de la información puedan entenderse
independientemente. Así, una confección más ágil no interrumpirá o
dificultará la lectura normal del texto.
2.29. Las fichas. Las fichas que preceden a una crítica de libros,
obras de teatro, películas, exposiciones, conciertos, grabaciones
musicales, corridas de toros o encuentros deportivos constituyen datos
informativos de suma importancia y normalmente prestan un gran
servicio al lector. Deberán contar siempre con los mismos datos o
elementos, y siempre escritos por el mismo orden, según se detalla más
adelante. En todos los casos, los datos más importantes irán escritos
en negrita.
Las fichas deben preceder a la firma del autor de la crítica o
crónica. El orden que deben guardar las fichas, según los casos, es el
siguiente:
1. Libros: título de la obra, nombre del autor, del traductor si lo
hay, de la editorial, de la colección si fuera el caso, ciudad y año
de publicación, número de páginas y precio.
2. Obras de teatro: título, nombre del autor, del adaptador si fuera
el caso, del director, de los principales actores, del autor de los
decorados, del local y ciudad donde se representa y fecha de estreno.
Finalmente, el precio de las entradas (la más cara y la más barata).
3. Exposiciones: en este caso, el primer elemento ha de ser el que le
dé unidad. Si se trata de las obras de un solo autor, la ficha
comenzará con el nombre. Le seguirá el número de obras presentadas,
las características técnicas de éstas (óleos, esculturas, etcétera),
el nombre y dirección de la galería, así como el de la ciudad. Cuando
se trate de una exposición colectiva, se citará en primer lugar el
título o motivo de ésta y, a continuación, los nombres de los artistas
o su número; si fueran muchos, la cantidad de obras presentadas, sus
características técnicas, el nombre y dirección del local, la ciudad y
las fechas en que permanecerá abierta. Igualmente, se incluirá el
precio medio de las obras.
4. Conciertos y recitales: también en este caso depende de lo que
prime. Si lo importante es el autor, el director o el solista, su
nombre figurará en primer lugar, y a continuación, los títulos de las
obras interpretadas (en el caso de la música clásica), nombre de la
orquesta o coral, del autor musical y del autor de los arreglos, del
director, de los solistas, del local, la ciudad y la fecha. En el caso
de primacía de la orquesta o coral, éste será el primer elemento de la
ficha, seguido de los títulos de las obras interpretadas (si se trata
de música clásica), nombres de sus respectivos autores, del autor de
los arreglos musicales, del director, de los solistas, del local, la
ciudad y la fecha. Asimismo, se incluirán el número de asistentes y el
precio de las localidades (la más cara y la más barata).
5. Grabaciones musicales: deben iniciarse con el título del disco o
casete, que puede ser el nombre de una orquesta, de un conjunto, de un
vocalista o de un músico. A continuación se escribirán los títulos de
las obras incluidas, los nombres de sus autores si fueran relevantes,
las características técnicas de la grabación (estereofónico, larga
duración, sencillo, etcétera), así como el nombre de la casa
registradora, la ciudad y la fecha de edición del disco o casete, así
como su precio.
6. Encuentros deportivos: dada la gran variedad de especialidades
deportivas, se empleará una fórmula general cuyo uso concreto variará
según el deporte y la importancia del partido; la ficha, si se
incluye, debe contener al menos el resultado del encuentro, las
alineaciones de los contendientes, el nombre del árbitro o juez, el
número de espectadores y, siempre que el dato sea accesible, la
recaudación en taquilla. En el caso de que el espectáculo sea
televisado, se añadirá el dinero recibido por este concepto.
7. La lidia: la ficha debe iniciarse con el primer apellido del
ganadero o nombre simplificado de la ganadería (Miura, Jaral), en
negrita. A continuación, y separados de aquél con una barra, se
escribirán los primeros apellidos de los espadas o rejoneadores,
también en negrita. Cuando la corrida se anuncie con toros de seis
ganaderías —caso de las corridasconcurso— o con seis espadas, se
consignará así: ‘Seis ganaderías/ Seis matadores’ o ‘Concurso/ Seis
matadores’. En bloque distinto se describirán las características de
los toros, y el resumen técnico de la actuación de cada torero (reseña
detallada de pinchazos, estocadas, descabellos, avisos y, entre
paréntesis, el resultado artístico —orejas, pitos, silencio,
etcétera—, sin juicio crítico alguno). Hasta aquí, todos los nombres
artísticos se escribirán completos, tal como se anuncian en los
carteles (Eduardo Miura, El Jaral de la Mira, Luis Francisco Esplá),
en negrita. Finalmente, se indicarán la plaza donde se celebró la
corrida y la fecha, así como el número asistentes y, en su caso, el
tipo de festejo de que se trata (2ª corrida de feria; corrida de la
Prensa). Siempre que sea posible, se añadirá la recaudación en
taquilla.
Las fichas que no precedan a una crítica, sino que formen parte de un
noticiario (‘libros recibidos’, ‘novedades discográficas’, etcétera),
se atendrán igualmente a las normas anteriores en cada caso
SECCION 3: Noticias
2.31. Pirámide. En un texto informativo, el uso de la técnica de la
pirámide invertida (de mayor a menor interés) es conveniente, pero no
obligatorio. Siempre se ha de comenzar por el hecho más importante,
que estará recogido, a su vez, en el título. No obstante, el párrafo
siguiente puede constituirlo una frase que explique la entradilla o
contenga los antecedentes necesarios para comprender el resto del
artículo, rompiendo así la relación de hechos. Lo mismo puede ocurrir
con párrafos sucesivos.
2.32. Entradilla. La entrada es el primer párrafo de la noticia. Esté
diferenciada tipográficamente o no, contendrá lo principal del cuerpo
informativo, pero no deberá constituir un resumen o un sumario de todo
el artículo. Ha de ser lo suficientemente completa y autónoma como
para que el lector conozca lo fundamental de la noticia sólo con leer
el primer párrafo. De él se desprenderá necesariamente el título de la
información. Su extensión ideal, unas 60 palabras.
2.33. El primer párrafo no debe contener necesariamente (aunque sí es
conveniente) las clásicas respuestas a las preguntas qué, quién, cómo,
dónde, cuándo y por qué. Estas seis respuestas pueden estar
desgranadas a lo largo de la información —lo cual requerirá dos o,
quizá, tres párrafos—, pero siempre según la mayor o menor importancia
que cada una de ellas tenga en cada caso.
2.34. Hay algunas formas de entradilla totalmente nefastas:
— Una larga cita entrecomillada, que obliga al lector a esperar varias
líneas para saber quién es el autor de la frase. Ello desvirtúa el
entrecomillado, puesto que no recibe el valor que implica saber quién
lo está diciendo. Sólo es válido este recurso —y aun así, poco
recomendable— cuando recoge una frase breve y contundente: “Es
espantoso, está muerto”, sollozó Carmen Serna al acariciar el cuerpo
de su marido.
— La entradilla de estilo notarial de narración (descripción puramente
factual de hechos). Un ejemplo es el siguiente: “El Consejo de
Ministros decidió ayer, 30 de diciembre, conceder una ayuda de 1.000
millones de pesetas para los damnificados por las últimas
inundaciones...”. Esta fórmula ha de ser sustituida por algo más
imaginativo, donde se destaquen las consecuencias de los hechos; así:
“Los damnificados por las últimas inundaciones podrán reparar sus
casas sin recurrir a créditos bancarios, merced a la ayuda aprobada
ayer por el Consejo de Ministros, que consiste en subvenciones de
1.000 millones de pesetas”. Otro ejemplo: “El nuevo primer ministro
japonés, Toshiki Kaifu, llegó ayer a Bonn, primera escala de su viaje
de nueve días por Europa”. En su lugar puede escribirse: “El primer
ministro japonés, Toshiki Kaifu, se estrenó ayer en Europa con un
viaje a Bonn, el primero de una gira por el continente dedicada a
explicar su política sobre el Este”.
2.35. Una información no debe comenzar con un adverbio o locución
adverbial —excepto el adverbio ‘sólo’ si su cambio de orden modificase
el sentido— ni con un complemento circunstancial. No porque sea algo
incorrecto gramaticalmente, sino porque dificulta la lectura
precisamente en el momento en que ha de producirse el enganche del
lector. Posteriormente, en otros párrafos puede emplearse
cuidadosamente este recurso para variar la estructura de las frases y
no hacerlas repetitivas.
2.36. En una noticia (no así en un reportaje) es conveniente escribir
primero el titular, porque ello facilita la redacción de una
entradilla directa y concisa. Redactores y corresponsales deben
entregar sus textos encabezados por un título, independientemente de
que éste pueda ser modificado después en el proceso de edición.
2.37. Cuerpo informativo. El cuerpo de la noticia desarrolla la
información con todo tipo de elementos complementarios; incluye los
datos que no figuran en la entrada, explica los antecedentes y apunta
las posibles consecuencias. Esto no significa que se puedan incluir
opiniones partidistas o juicios de valor sobre lo que se narra.
2.38. Entrada y cuerpo de una información no deben superar, salvo
casos excepcionales, las 900 palabras. La narración de los hechos y de
los datos ha de hacerse sin pretender contarlo todo a la vez. Hay que
buscar una cadencia que no dé la sensación de barullo.
2.39. Siempre ha de escribirse cada párrafo de una noticia como si
fuera el último. Al término de cada párrafo, la noticia debe tener
unidad en sí misma; no puede quedar coja o falta de alguna
explicación. Esto permitirá cortar y reajustar el texto sin problemas
y con rapidez en el caso de que sea necesario. La entradilla de una
información de tres folios debe servir también para una cuña de 12
líneas justificadas.
2.40. El principal objetivo al escribir una información es mantener el
interés del lector hasta el final. Para ello hay que unir con
suavidad, mediante las partículas apropiadas, las ideas afines.
2.41. Ningún párrafo debe constar de más de 100 palabras.
2.43. Un texto informativo debe explicarse en sí mismo. Ha de estar
concebido de manera que el lector no necesite recordar los
antecedentes para comprender la información que se le ofrece. No todos
los lectores han comprado el periódico el día anterior, y si lo
hicieron es probable que no leyeran todos los artículos. Cada noticia
debe ser escrita como unidad informativa, sin sobreentenderla ligada a
otros textos, ni siquiera cuando figuren en la misma página (despieces
o documentaciones).
2.44. Hay que ofrecer al lector todos los datos necesarios para que
comprenda el entorno de los hechos que se narran. El número de
habitantes de una localidad es un dato fundamental en cualquier
información que se refiera a ella. No basta con informar de un cierre
de comercios en una localidad en protesta por un atentado, por
ejemplo. Habrá que detallar cuántos comercios tiene esa población y
cuántas personas están empadronadas en ella.
2.45. El rigor del dato es fundamental en las informaciones. No basta
con escribir que un grupo de agricultores ha tomado el Ayuntamiento;
habrá que precisar de cuántos se trataba. Si se informa de unas
jornadas de estudio, se debe especificar el número de asistentes, los
países o regiones de los que proceden.
2.46. A la hora de informar sobre hechos de matiz político acaecidos
en un municipio es primordial ofrecer la composición del Ayuntamiento
y citar el partido al que pertenece el alcalde. No es lo mismo una
actitud vecinal de protesta ante una medida del Gobierno central o del
Gobierno vasco, como ejemplos, si los habitantes son mayoritariamente
electores del PSOE (en el caso de que ése sea el partido en el
Ejecutivo central) o si dieron sus votos al PNV.
2.47. Las informaciones deben personalizarse; la profesión o cargo que
desempeña el protagonista de la noticia, su edad, estado civil y demás
circunstancias personales son elementos noticiosos de primer orden.
2.50. Los ejemplos de distancia entre dos puntos se pondrán con
ciudades españolas, expresados en kilómetros por carretera; y en
kilómetros en línea recta, a partir de una ciudad española, cuando el
caso sobrepase los puntos extremos peninsulares. Esta norma es válida
incluso en temas extranjeros o escritos por un extranjero; al lector
medio español no le dice nada la distancia que hay entre Nueva York y
Baltimore, o entre Moscú y Samarcanda.
SECCION 6: Entrevistas
2.63. Las declaraciones obtenidas mediante el diálogo con un personaje
no siempre han de adquirir la forma de entrevista. La presentación con
preguntas y respuestas debe reservarse para las entrevistas extensas y
a fondo. En los demás supuestos, su presentación será la de un
reportaje o, si tiene interés como información de actualidad, la de
una noticia, en ambos casos con sus correspondientes entrecomillados.
De cualquier forma, a efectos de construcción y presentación, caben
tres tipos de entrevista: la entrevista de declaraciones, la
entrevistaperfil y una mezcla de ambas.
2.64. Entrevista de declaraciones. La entrevista de declaraciones —una
entrevista que se reproduce por el sistema de preguntarespuesta— debe
contar con una presentación del entrevistado en la que se refleje su
personalidad, así como cuantos datos reveladores sean precisos para
situarle y explicar los motivos por los cuales se le interroga. Esta
presentación ha de redactarse como pieza separada, que puede ir al
principio o donde convenga a la confección, pero siempre de tal manera
que no haya ruptura brusca entre la presentación y el cuerpo de la
entrevista.
En este tipo de entrevistas, la pregunta irá precedida de una P (salvo
en la primera, en que se escribirá ‘Pregunta’), y las respuestas, de
una R (salvo la contestación inicial, en que se escribirá
‘Respuesta’). Estas marcas iniciales se compondrán en negrita,
seguidas de un punto (no de punto y raya), y se sangrarán.
2.65. En las entrevistas de declaraciones no se deben intercalar
comentarios al transcribir la conversación. Este tipo de información
(reacciones del entrevistado al recibir o contestar una pregunta,
oposición a responder o abordar determinadas cuestiones, etcétera) ha
de incluirse en la presentación.
2.66. La finalidad de la entrevista es dar a conocer las opiniones e
ideas del personaje entrevistado, nunca las del entrevistador.
2.67. Al entrevistado hay que dejarle hablar. No obstante, las
respuestas extensas deben ser condensadas, siempre que no se mutile la
idea, y convenientemente aclaradas las que resulten farragosas
2.68. Las preguntas deben ser breves y directas. Es mucho más sencillo
de leer un diálogo con frases cortas, tanto del entrevistado como del
entrevistador. Hay que evitar generalmente las preguntas que sugieren
la respuesta o invitan a responder con un monosílabo.
2.69. Se tratará siempre de usted al interlocutor.
2.70. Los defectos de dicción o de construcción idiomática de un
entrevistado —por tartamudez, por ser extranjero o causa similar— no
deben ser reproducidos. Sólo cabe hacerlo en circunstancias muy
excepcionales, más que nada como nota de color, pero siempre que no se
ponga en ridículo a esa persona. En todo caso, se preferirá hacer
mención de este defecto en la entradilla que ha de preceder a toda
entrevista, de la manera más breve y respetuosa posible.
2.71. Cuando, por razones de diseño, sean precisos uno o más
despieces, éstos tendrán unidad en sí mismos, de modo que puedan ser
leídos independientemente del grueso de la entrevista. Estarán
referidos a un aspecto concreto y comenzarán con una entrada de texto,
tras la cual se pueden escribir preguntas y respuestas.
2.72. Salvo en situaciones muy excepcionales, el periódico no realiza
entrevistas mediante cuestionarios previos. Y, en ese caso, ha de
advertirse al lector.
2.73. Cuando se trate de una entrevista efectuada por un grupo
reducido de periodistas (no más de cuatro), y no exclusivamente por un
redactor del diario, se hará constar en la entradilla, pues no todas
las preguntas corresponden al periódico. Si el grupo es más amplio, se
considerará conferencia de prensa y, por tanto, una información
noticiosa.
2.74. Nunca se situará un ladillo entre pregunta y respuesta.
TÍTULO IV. TIPOGRAFÍA
Sección 1: Normas comunes
4.1. Con independencia de las reglas previstas en el presente Libro de
estilo para los casos concretos, las cuales figuran en sus
correspondientes apartados (véanse, por ejemplo, cursiva, entrevista,
fichas, negra, titulares, etcétera), hay una serie de normas
tipográficas, de común aplicación, que se explican seguidamente.
4.2. Los tipos de letra reservados para las informaciones (Times,
Cooper, American Typewriter) no pueden ser utilizados en la
publicidad.
4.3. Los anuncios que empleen cualquiera de estos tipos, o aquellos
cuyo diseño se asemeje a las columnas de un periódico, deberán incluir
en la cabecera la palabra ‘Publicidad’.
4.4. Nunca un texto, una ilustración o un filete pueden sobresalir de
la caja o mancha de la página, salvo que se trate de publicidad o de
un suplemento.
4.5. Una línea de composición no debe tener, por razones de
legibilidad, más de 60 a 70 caracteres, incluidos los espacios.
Excepcionalmente, esta norma puede saltarse en los sumarios, los pies
de fotos o fotonoticias; es decir, en los textos muy breves.
4.6. El ancho de columnas de los titulares condiciona el número de
líneas posibles. La norma es que a cinco columnas no pase de una
línea; a cuatro, de dos; a dos y a tres, de tres, y a una, de cuatro.
4.7. Los signos ortográficos unidos a una palabra escrita en un tipo o
cuerpo de letra distinto al resto del texto han de escribirse en ese
cuerpo o tipo. Así, si la última palabra de una cita entrecomillada va
en cursiva, las comillas de cierre deben ir igualmente en cursiva, y
si una palabra va en el cuerpo 10, el signo que le siga ha de ir en el
mismo cuerpo.
(Se sobreentiende que después de cualquier signo —coma, punto y coma,
dos puntos, punto, puntos suspensivos, interrogación, admiración,
paréntesis, raya, etcétera—, si no se señalara punto y aparte, hay que
poner un espacio).
4.8. La palabra que preceda o vaya a continuación de una cifra debe ir
unida a ésta —para lo cual existe en el teclado Hermes el signo de
cuarto de cuadratín—. De esa forma se evita que, al justificar el
texto, nombres como el de ‘Felipe II’ o el de ‘Boeing 747’ puedan
quedar separados en distinta línea de composición. Lo mismo ha de
hacerse en las siglas que, por ser su enunciado plural, duplican las
iniciales: EE UU, FF AA. En tales casos, entre cada pareja de letras
se incluirá un cuarto de cuadratín.
4.9. Los números que preceden a un articulado o enumeración en varios
párrafos irán en negrita seguida de punto —no de punto y raya— y
unidos al texto por el signo de medio cuadratín. Estos párrafos se
sangrarán si así va el resto de la composición.
4.10. El cambio de tipos o cuerpos en líneas que se componen aparte, o
el mismo hecho de que un determinado texto vaya en línea distinta,
hacen innecesario el empleo de signos ortográficos, como el paréntesis
o el punto, siempre que quede clara esta distinción. Así se hace con
los ladillos o las firmas, que no llevan punto final, y así con los
pases de página o las fechas de la Revista de la prensa, en los que
sobrarían unos paréntesis.
4.11. La primera línea de un texto nunca se sangra. Lo mismo habrá de
hacerse, salvo las excepciones recogidas en este Libro de estilo,
cuando entre los párrafos medie un blanco de separación. Por ejemplo,
en el párrafo que sigue a un ladillo.
4.12. Salvo la primera columna, cuando vaya encabezada por la firma,
ninguna de las restantes columnas de una composición puede comenzar
con una línea incompleta.
4.13. Los ladillos no pueden ir a principio ni a final de columna.
Tres líneas es lo mínimo que debe haber, tanto en la cabeza como en el
pie, para que se incluya un ladillo.
4.14. Cuando una composición lleva capitulares es permisible que esta
letra no vaya precedida de signos como las comillas o la
interrogación.
4.15. Los textos compuestos en bandera no pueden partir palabra a
final de línea.
4.16. Nunca se parten palabras en un titular o en un ladillo. Por lo
que respecta a la división en líneas, se procurará que ésta entorpezca
lo menos posible la comprensión de la frase, así como que las líneas
resultantes no tengan igual ancho. En este sentido, lo ideal, en el
caso de dos líneas, es que la más larga sea la primera; en el caso de
tres o más líneas, las más largas pueden ser, indistintamente, las
centrales o las extremas, siempre que se evite el efecto de escalera.
4.17. La división silábica a final de línea es automática. No
obstante, conviene saber que las palabras no castellanas pueden
dividirse según las reglas de la Academia Española, cualesquiera que
sean las suyas propias. Sin embargo, en el caso de otra lengua oficial
en una comunidad autónoma —catalán, vascuence, gallego—, se aplicarán
las normas de ese idioma. Véase silabeo.
4.18. La última línea de un párrafo nunca puede tener menos de cuatro
caracteres (aquí se cuentan también los signos ortográficos). Ejemplo:
‘desamparo’.
No se permiten más de cuatro líneas seguidas que finalicen con un
guión.
Sección 2: Cursiva
4.19. Este tipo de letra, del que conviene no abusar, se empleará en
los casos que se detallan a continuación.
4.20. Neologismos. Para neologismos de uso no extendido. Ejemplo: ‘una
huelga de penenes’, pero ‘un dirigente peneuvista’, ‘detenidos nueve
grapos’.
4.21. Segundo sentido. Cuando se quiera dar cierto énfasis o un
segundo sentido a determinado vocablo. Ejemplo: ‘el brazo derecho del
presidente’. Ahora bien, no debe abusarse de este empleo: un texto
inundado de palabras en cursiva, o considera tonto al lector o está
escrito sólo para iniciados.
4.22. Nombres. Se empleará cursiva en los alias vulgares y en los
apodos. En este caso, únicamente cuando acompañen al nombre, pero no
así si van solos. Ejemplos: ‘José Gutiérrez, El Manitas’; ‘Santiago
Martín, El Viti’; pero ‘ha sido detenido El Manitas’, ‘el arte de El
Viti’. El artículo deberá escribirse con mayúscula, como parte del
nombre.
4.23. Los apodos que agrupen a dos o más personas, o a un colectivo,
se escribirán siempre en cursiva: ‘los Albertos’, ‘los Lópeces’. En
este caso, el artículo irá en minúscula y también en cursiva.
4.24. No ha de emplearse la cursiva cuando se trate de apelativos o
denominaciones familiares, siempre que formen parte del nombre
aceptado públicamente por el personaje que se cite. Por tanto, debe
escribirse ‘Sito Pons’, y no ‘Sito Pons’. Y ‘Txiki Benegas’, pero no
‘Txiki Benegas’. En estos casos, el diario debe optar por una
denominación habitual, de modo que siempre se hable, por ejemplo, de
‘Antxon Etxebeste’, y no de ‘Eugenio Etxebeste’, evitando fórmulas
como ‘Alfonso, Sito, Pons’ o ‘Domingo Iturbe Abasolo, Txomin’, puesto
que Sito y Txomin son simplemente diminutivos o equivalentes de
Alfonso y Domingo. Ello no impide que en reportajes, entrevistas y
otro tipo de informaciones amplias se explique el nombre oficial que
recoge el documento de identidad.
4.25. No se emplearán en cursiva las palabras con que se designe a los
seguidores de un político o de una doctrina. Ejemplo, ‘los suaristas’,
‘los marxistas’, ‘los franquistas’, ‘los carrillistas’, ‘los
mitterrandistas’. No obstante, deberá quedar claro en la información a
quién se refiere la palabra cuando el nombre no figure como
antecedente claro. Ejemplo: ‘los sabinianos (que se consideran
herederos políticos de Sabino Arana, el fundador del PNV) han
elaborado un nuevo documento’.
4.26. Tampoco se escribirán en cursiva las palabras referidas a los
seguidores de un partido político, siempre y cuando sean asumidas por
la organización: socialistas, convergentes, populares, comunistas. En
el caso de que esta palabra se forme a partir de sílabas, se escribirá
en redonda si se trata de un vocablo con unas raíces históricas que lo
hayan convertido en palabra común: ‘cenetistas’, ‘ugetistas’,
‘peneuvistas’. Pero no se podría escribir en redonda, por ejemplo,
‘pesoístas’.
4.27. Títulos. Se escribirán en cursiva los títulos de periódicos,
libros, películas, canciones, obras de teatro o musicales, o alguna de
sus partes (capítulo de un libro, artículo de un diario), siempre que
los dos títulos no se citen juntos. En este caso, el título general
irá en cursiva, y el de la parte, con comillas simples. Ejemplos: “Todo
modo, obra de Leonardo Sciascia”; el artículo Preludio de una victoria
le valió a Reston su vertiginoso ascenso en la empresa de los
Sulzberger”; “el comentario de Enrico Berlinguer titulado ‘Unidad y
rigor’ apareció en L’Unità”.
4.28. Animales y marcas. Se empleará cursiva en los nombres de
animales, barcos, aviones o naves espaciales, pero no en los de
marcas, modelos industriales o programas científicos. Es decir, en
aquellos que se refieran a una individualidad, y no a un conjunto.
Ejemplos: ‘Rocinante’; ‘el Pájaro Azul de Campbell’, pero ‘un Renault
5’; ‘Lindbergh y su Spirit of St. Louis’, pero ‘un Boeing 727’; ‘el
programa Apollo’, pero ‘la nave Apollo 12’.
4.29. Los nombres de toros derivados del correspondiente a su
ganadería o propietario podrán emplearse en plural, pero en cursiva y
con minúscula: ‘los victorinos’, y no ‘los Victorinos’ ni ‘los
Victorino’; ‘los pablorromeros’, pero no ‘los Pablo Romero’.
4.31. Otros idiomas. Se escribirán en cursiva los términos no
castellanos que se utilicen excepcionalmente, pero no los nombres
propios en otra lengua, salvo que se trate de cabeceras de periódicos
o un modelo de nave. Ejemplos: ‘un plato de calçots’, ‘un espectáculo
de striptease’, pero ‘un portavoz del Foreign Office’, ‘Le Monde’,
‘el Apollo 12’.
4.33. Los nombres comunes y no castellanos de accidentes geográficos,
vías urbanas o edificios, que, según la norma general, deberían ir en
cursiva, se escriben, sin embargo, en redonda y con mayúscula inicial
cuando preceden a un nombre propio. Ejemplos: ‘Rue de Rivoli’,
‘Palazzo Chigi’, ‘plaza del Comte d’Urgell’. La regla en tales
supuestos es que un elemento tipográficamente diferenciador, como lo
son las mayúsculas, anula el empleo de otro; en este caso, las
cursivas.
4.34. Uso generalizado. Por su uso generalizado, no van en cursiva,
aunque se trate de palabras no castellanas, los nombres de modalidades
deportivas (golf, squash); los de etnias, sectas, tribus, idiomas o
dialectos (suajili, aimara); los de monedas y unidades de medida
(dracma, pie); los de maniobras, programas, planes y operaciones; los
de pozos, yacimientos, edificios, residencias oficiales, fincas,
urbanizaciones y campamentos (Casa Rosada, palacio de la Moncloa); los
de entidades comerciales, firmas industriales, organismos, sindicatos
y formaciones políticas, incluso las clandestinas, así como los de
agencias de noticias, nacionales o extranjeras.
4.35. Siglas. Las siglas, aunque correspondan a un enunciado que se
escribe en cursiva, van siempre en redonda. Ejemplos: ‘el BOE’, pero
‘el Boletín Oficial del Estado’.
4.36. Citas textuales. Nunca se empleará la cursiva en las citas
textuales, aunque no estén en castellano; otra cosa es poner en
cursiva una o varias palabras de toda una frase entrecomillada
Sección 2: Negra o Negrita
4.40. Este tipo de letra se emplea para destacar la entradilla más
importante de cada página, el nombre de los corresponsales o enviados
especiales —cuando figuran dentro del texto— o el de los personajes
citados en secciones como Gente. En este último caso irán en negra
sólo los nombres de personas vivas, no los de ficción ni los de
entidades, y únicamente en la primera ocasión en que se les cite.
4.41. La buena tipografía requiere que el signo ortográfico que
acompaña a una palabra compuesta en una familia, tipo o cuerpo
distintos al que se está usando normalmente en un texto concreto
corresponda a ese cambio eventual. Por tanto, a una palabra escrita en
negra, por ejemplo, le debe seguir un signo en negra, y a una en el
cuerpo 10, uno del 10.
CAPITÚLO V: FOTOS Y GRÁFICOS
Sección: Fotos y Gráficos
5.1. Queda prohibida toda manipulación de las fotografías que no sea
estrictamente técnica (edición periodística, eliminación de deterioros
o corrección de defectos de revelado o transmisión). Por tanto, no se
puede invertir una fotografía, ya se trate de paisajes, edificios o
personas. Ni siquiera con el propósito de que el personaje
fotografiado dirija su vista a la información a la que acompaña.
5.2. La publicación de una foto en otro periódico antes que en EL PAÍS
no es motivo para dejar de publicarla o para negarle la valoración que
merezca
5.3. Los fotógrafos de EL PAÍS no deben olvidar los valores simbólicos
de las fotografías, además de los puramente informativos. Por ello,
deben tener la oportunidad de conocer a fondo los temas en los que
vayan a trabajar, para extraer de la realidad una visión diferente que
también contribuya a explicarla.
5.4. Las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán
cuando añadan información.
5.5. Debe extremarse el cuidado con la publicación de fotos de archivo
utilizadas como simple ilustración de contenidos de actualidad. Los
periodistas han de velar por que tal inserción de ilustraciones, al
ser extraída del entorno en que fueron tomadas, no dañe la imagen de
las personas que aparezcan en ellas.
En cualquier caso, deberá expresarse siempre en el pie de la
fotografía a qué fecha y situación corresponde
5.6. Está terminantemente prohibido reproducir ilustraciones de
enciclopedias, revistas, etcétera, sin autorización previa de sus
propietarios o agentes. En todo caso, deberá aparecer al pie el nombre
de la fuente
Sección 2: Pies de foto
5.9. Los pies deben ser puramente informativos e independientes del
texto al que acompañan. No es necesario reiterar lo que resulta obvio
en la imagen (‘Butragueño golpea el balón’), pero sí explicar detalles
relativos a la foto (‘Butragueño, durante el último partido contra el
Milan en el estadio de San Siro’).
5.11. Fotonoticias. La fotonoticia consiste en una imagen que tiene
validez informativa por sí misma, sin una amplia información que la
acompañe. En estos casos, el pie de foto podrá ser más extenso (unas
15 líneas como máximo) y llevará un título. Éste no podrá superar una
línea de composición.
CAPÍTULO VIII: NOMBRES
Sección 1: Nombres
Los nombres propios se escribirán de acuerdo con las siguientes
reglas, las cuales no tienen más excepciones que las expresamente
recogidas en este Libro de estilo.
8.1. Nombre completo. Cuando en una información se cite por vez
primera a una persona, por conocida que sea ésta, se escribirá siempre
el cargo u ocupación que la identifiquen y el nombre propio completo.
El segundo apellido sólo es necesario cuando la persona sea conocida
por los dos, o lo prefiera así, y en los casos de identificación
dudosa o posible confusión. En las restantes referencias de esa misma
noticia puede omitirse el nombre de pila y, si no se dan las
circunstancias que aconsejan su inclusión, también el segundo
apellido. En ocasiones, sin embargo, la persona es más conocida por su
segundo apellido, y éste es el que ha de emplearse como segunda
referencia. Ejemplos: `José Luis López Aranguren’, `Aranguren’.
8.2. Esta norma no es necesario aplicarla en los casos de personajes
universalmente famosos ya fallecidos. Ejemplos: `Mozart’,
`Shakespeare’, `Picasso’, `Lenin’.
8.3. Los apellidos compuestos o de personas conocidas por el primero y
el segundo conjuntamente se escribirán íntegros en los titulares,
aunque resulte dificultoso encajar los caracteres en el espacio
adjudicado. Así, se escribirá `Rodríguez de la Borbolla’, y no
solamente `Borbolla’; `Gutiérrez Mellado’, y no `Mellado’; `Fernández
Ordóñez’, y no `Ordóñez’; `Rodríguez Sahagún', y no `Sahagún’; `García
Damborenea', y no `Damborenea’.
8.4. Extranjeros. Jamás debe emplearse una transcripción no castellana
en los nombres de idiomas que se escriben con caracteres no latinos:
el ruso, griego, árabe, hebreo, etcétera. Por ejemplo, `Georges’
(francés) o `George’ (inglés), en el caso de `Gueorgui’ (ruso). En
estos supuestos, o se respeta la versión romanizada vigente en los
respectivos países, si es que se conoce, o se traduce el nombre
directamente al castellano. Y con más razón aún cuando se trata de
nombres traducidos al francés o al inglés de un idioma escrito en
caracteres latinos. Ejemplos: `Jean’ (francés) o `John’ (inglés), en
el caso de `Ian’ (polaco).
8.7. Traducción. No se traducen los nombres de personas y animales,
salvo cuando correspondan a personajes históricos y el uso los haya
castellanizado, o se trate de papas y miembros de familias reales.
Ejemplos: `Carlos Garaikoetxea’, y no `Carlos Garaicoechea’; `Martín
Lutero’, y no `Martin Luther’; `Carlos Marx’, y no `Karl Marx’; `Juan
XXIII', pero `Giovanni Spadolini’; `Margarita de Inglaterra', pero
`Margaret Thatcher’. Distinto es que sus poseedores castellanicen el
nombre o el apellido, en cuyo caso ha de respetarse tal deseo.
Ejemplos: `Andoni Goikoetxea’ (el futbolista), pero `Alejandro
Goicoechea’ (el inventor del Talgo); `Antonio de Senillosa’, pero
‘Antoni Gutiérrez’.
8.8. En los casos de nombre compuesto que tenga una traducción
solamente parcial se respetará la grafía autóctona. Ejemplo: `el
departamento de MidiPyrénées', y no `MediodíaPirineos' ni
`MidiPirineos'
8.11. Apodos y alias. Los apodos se escriben con mayúscula inicial y
en redonda, salvo que acompañen al nombre, en cuyo caso van en
cursiva. El mismo tratamiento recibirán los alias, que se escriben con
mayúscula inicial en el artículo. El artículo no se contrae delante de
las preposiciones a y de. Ejemplos: `Rafael Gómez, El Gallo', pero
`así toreaba El Gallo’ y `la maestría de El Gallo’; `Ángel Pérez, El
Chato’, pero `ha sido detenido El Chato’ y `los compinches de El
Chato’.
TÍTULO X : NÚMEROS
Sección 1: Normas generales
10.1. Se escriben con todas sus letras sólo las cifras del cero al
nueve, ambos inclusive. Las cantidades que puedan expresarse con dos
números irán siempre en guarismos.
Para los millones no se emplearán los seis ceros correspondientes,
sino la palabra ‘millón’. Así, las unidades de millón se escribirán
con todas sus letras (‘un millón’, ‘dos millones’), y las decenas,
centenas o millares, parte con números y parte con letras (‘50
millones’, ‘500 millones’, ‘500.000 millones’). Salvo cuando la
cantidad no sea un múltiplo exacto, en cuyo caso o se escribe con
todas sus cifras (‘8.590.642 pesetas’) o se redondea —siempre que no
sea necesaria la precisión— con décimas o centésimas (‘8,5 millones de
pesetas’, ‘8,59 millones de pesetas’).
10.3. Por el contrario, siempre se emplearán guarismos en los
siguientes casos:
— Los días del mes (‘1 de febrero’), salvo que se trate de una fecha
histórica o un nombre propio (‘Dos de Mayo’, ‘Movimiento Veintiséis de
Octubre’, ‘Dieciocho de Julio’).
— La numeración del callejero (‘San Antón, 7 y 9’).
— La numeración de los pisos, apartamentos o habitaciones de un hotel
(‘2º izquierda’, ‘apartamento 1’).
— Los años, no las décadas (‘1982’, pero ‘los años ochenta’). Conviene
recordar que en los años los números no llevan el punto del millar
(‘el año 1957’, pero ‘1.957 pesetas’).
— Los números que identifiquen un texto legal (‘Real Decreto 9/82) o
los que correspondan a una de sus partes (‘capítulo 5º’, ‘artículo
9º’, ‘párrafo 3º’). Así se procederá también con las páginas, pero no
con las partes de un libro y de una obra teatral o musical (‘página
521’, pero ‘segundo tomo’, ‘volumen tercero’).
— Las cifras con decimales (‘3,50 centímetros’).
— Los porcentajes; en este caso, con su correspondiente signo
matemático unido al último número (‘el 9,5% de los votantes’).
— Los nombres de productos industriales (‘una fotocomponedora ’APS5’,
‘un Seat 600’, pero ‘un seiscientos’).
— Los números de unidades militares (‘Regimiento de Infantería de
Córdoba número 10’).
— Los de puntos kilométricos, pero no las distancias en kilómetros.
Ejemplos: ‘kilómetro 6 de la autopista BilbaoBehobia’, ‘a seis
kilómetros de Altea’.
— La numeración de las carreteras —salvo las nacionales radiales, que
se escriben en romanos— y la de autovías y autopistas. Ejemplos:
‘E32’, ‘N342’, ‘C601’, ‘M30’, ‘A3’, pero ‘NIV’.
— Las fracciones de hora; en este caso, con separación de punto, no de
coma (‘a las 3.45’, ‘eran las 18.15’). En cambio, se ha de emplear
coma cuando se expresen décimas, centésimas o milésimas de segundo.
— Los calibres de las armas (‘del 9 largo’).
— Los números en los nombres de barcos, aviones, misiles o naves
espaciales (‘Queen Elizabeth 2’, ‘Boeing 747’, ‘F1’, ‘SAM3’, ‘Apollo
9’, ‘Challenger’). Excepcionalmente, y puesto que así lo ha impuesto
el uso, en estos nombres no se empleará la numeración romana, propia
de los ordinales.
— Los grados y minutos de latitud o de longitud. No se escribirán
comas o comillas, sino ‘10 grados de latitud norte’.
— Los grados de temperatura; en este caso, con el signo volado, pero
sin punto entre éste y el número (‘5º’, pero no ‘5.º’).
— Los grados de intensidad en los terremotos (véase Richter).
— Los tantos, tiempos o cilindradas de las competiciones deportivas.
— Cuando se expongan problemas matemáticos o de pasatiempos.