Presentación de Apertura
por parte de Julio Rosales, Coordinador de Asuntos Interancionales del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina
Taller sobre “Impactos de la Integración y el Comercio en el Trabajo”.
Los Ministros de Trabajo de las Américas afirmaron en su última
reunión en San Salvador de Bahía, la necesidad de destacar los
componentes sociales de los procesos de integración. Esta iniciativa,
se ve cristalizada en este espacio de reflexión e intercambio al que
hemos sido convocados. Agradecemos a los organizadores y anfitriones
el esfuerzo desarrollado en este evento al que le auguramos el mayor
de los éxitos.
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Diagnóstico de la situación: exclusión y ruptura de los lazos
sociales.
Un denominador común de nuestra región, lo constituye la distribución
desigual y desarticulada de los impactos positivos y negativos del
proceso de globalización e internacionalización de las economías. Hace
muy poco tiempo, la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la
Globalización de la OIT produjo un documento que da buena cuenta de
ello.
El inicio de un proceso de cambio, requiere rigor en el análisis e
innovación y creatividad en las herramientas técnicas y políticas para
revertir acciones que como en el caso de la Argentina tuvieron como
resultado el desempleo y la exclusión de millones de ciudadanos y la
consiguiente ruptura de los lazos de solidaridad social.
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Recuperar valores de solidaridad y justicia social…
Al iniciar su mandato nuestro presidente el Dr. Kirchner en su mensaje
al Congreso de la Nación advirtió sobre esta situación diciendo:
"Queremos recuperar los valores de la solidaridad y la justicia social
que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para avanzar hacia la
construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y más justa.
Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula
socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el
mercado excluye y abandona".
En la mayor parte de los países de la región el crecimiento económico
no ha generado empleo de calidad, empeorando así las condiciones de
vida de los pueblos y alejándolos de la meta de la justicia social.
*
… generando empleo de calidad.
Crecer con empleo de calidad conlleva una distribución justa del
ingreso. Las políticas de salario mínimo, la promoción de la
negociación colectiva, el estímulo simultáneo al mercado interno y la
exportación también forman parte de las políticas de empleo para
crecer, y son tan importantes como la promoción de las inversiones.
Más aún, son condiciones necesarias para un proceso de desarrollo
sustentable e integrador.
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La necesaria interacción de las áreas de gobierno para el diseño
de políticas económicas enfocadas a los objetivos.
En este marco, creemos que resulta indispensable que en el diseño de
las políticas económicas de los Estados, sean tomadas en cuenta las
observaciones y aportes de las áreas gubernamentales implicadas en la
elaboración de políticas sociales y laborales. Es necesaria una visión
transdisciplinaria de la problemática que dé respuestas a esta
situación de emergencia social y laboral.
Las políticas de educación y formación profesional, las acciones
dirigidas a fortalecer a los grupos más desfavorecidos, la inversión
en ciencia y tecnología son todos instrumentos claves que no pueden
estar ausentes en las estrategias de acción de nuestros países. Es
allí, con razón, donde se hace necesaria una mirada que vaya más allá
de los costos y que contribuya a "poner en foco" nuevamente a algunos
objetivos que han sido descuidados en orden a una meta de crecimiento,
guiado por las fuerzas del mercado que terminó siendo desarticulado, y
que ni siquiera alcanzó a cumplir aquello que buscaba.
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Los procesos de integración regional deben concurrir a la búsqueda
de estos objetivos.
El compromiso de los gobiernos de la región con las Metas del Milenio
de las Naciones Unidas es claro y contundente, pero según muestran
varios estudios, solo un puñado de países americanos está en
condiciones de alcanzarlas. Para el resto, con la actual distribución
del ingreso y la riqueza, estas metas resultan casi imposibles de
lograr.
En este marco, cobran fuerza los procesos de integración regional que
no deben ser mirados sólo con ojos mercantiles. Pueden y tienen que
ser, una herramienta para construir puentes consistentes entre las
naciones, un vehículo para el desarrollo equitativo, solidario y con
participación de todos los sectores, que consiga reducir la
vulnerabilidad de los países y de los ciudadanos que menos tienen y
más necesitan.
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Conclusión: la meta del trabajo decente en América.
Estamos marcando un camino con nuestro objetivo de integración.
Traemos con nosotros los sueños y esperanzas de muchos millones de
ciudadanos que esperan y no desesperan por la construcción de un
presente y un futuro próximo más justos, en el cual el trabajo decente
para todos con todo lo que este concepto implica sea una realidad
para nuestra América.
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