LA PERIODIZACIÓN GENERACIONAL DE CEDOMIL GOIC (frgmento)
Cedomil Goic es el historiador y crítico que ha aplicado con mayor
rigor el método generacional al estudio de la literatura
hispanoamericana. A diferencia de los autores latinoamericanos YA
mencionados, no se trata en su caso de la apropiación de algunos
componentes de la teoría generacional para redactar una historia
cultural o literaria. En Goic las generaciones forman parte de una
concepción general de la literatura y su desarrollo a través del
tiempo histórico.
Este capítulo se divide en tres apartados:
a) Descripción del modelo goiceano.
b) Pragmática del modelo.
c) Crítica a la pragmática del modelo goiceano.
A. Descripción del modelo goiceano.
En este apartado haré un repaso sucinto de los conceptos principales
del modelo: obra literaria, análisis textual, periodización (historias
externa e interna de la literatura), factores operantes en la historia
interna de la literatura (época, período, generación).
A.1. Obra literaria.
Cedomil Goic concibe la obra literaria como `estructura'. En sus
palabras, hablando de la novela chilena, esto significa:
La obra es una estructura y de este hecho se desprenden consecuencias
importantes [...] Entre otras la siguiente: la novela puede ser
abordada a partir de cualesquiera de sus elementos sin que se pierda
su sentido de totalidad y por lo mismo, cualesquiera de sus elementos
fundamentales puede constituirse en criterio de clasificación o
periodización. (1968: 12)
Esta definición es de origen estructuralista uno de los maestros
chilenos de Goic es Félix Martínez Bonati, autor de La estructura de
la obra literaria, pero la formación académica de Cedomil Goic (1) es
bastante amplia y su actitud ´historicista' lo desmarca del
estructuralismo. La `estructura' a la que hace mención al definir la
obra literaria no tiene otra connotación que la de `objeto de estudio
que funciona como totalidad'.
A.2. Análisis textual.
Para sus análisis textuales, siempre en el caso de la novela, Goic
selecciona tres series de factores formales a ser considerados:
Estructura del narrador (narrador ficticio, múltiples narradores,
lector ficticio apelado, modos narrativos, tipos de narración). (12)
Contenido del mundo (niveles de realidad y modos de experiencia del
mundo, argumentos, fábula, motivos, motivaciones, caracteres,
escenarios). (12)
Estructura de la novela (tipos de novela espacial, de personajes ,
subtipos personal, dramática, de época , leyes de estructura). (12)
Mediante el estudio de estos factores, señala Goic, se podrá ver el
juego de relaciones que se establece en el interior de la obra. (12)
En sus trabajos sobre la novela chilena y la novela hispanoamericana,
que revisaré más adelante, Cedomil Goic pone en práctica el tipo de
análisis textual esbozado aquí.
A.3. Periodización (historias interna y externa de la literatura).
Enfrentado al problema de la periodización, que surge cuando el
interés recae sobre el movimiento a través del tiempo de estos `juegos
de relaciones', Goic es enfáticamente crítico con sus antecesores:
Las historias de la literatura, las obras conocidas con ese nombre
[...] no son historia. No lo son en el sentido de que su discurso no
envuelve la enunciación de ningún proceso de transformaciones, de
ningún móvil de la historia. [...] Tampoco son literarias, [...] ya
que la literatura no es en ellos objeto de historia ni en su aspecto
social o institucional ni en su aspecto formal. (1975: 291)
Consecuentemente, Goic establece diferencia entre dos modos de asumir
la historia de la literatura, ya esbozados en las últimas líneas de la
cita anterior: (2)
Una interna:
cuando miramos la literatura como esfera autónoma o de realidad
específica y sorprendemos el juego de continuidades y
discontinuidades, de constantes y variantes, que constituyen las
diferentes direcciones y niveles en que la literatura revela la
transformación de sus formas y los modos de existir de sus diferentes
planos. (293)
Y otra externa:
Se trata de aquella historia que la observa en sus modalidades de
producción, comunicación y consumo, es decir como historia social o
institucional de la literatura. (292)
Y agrega Goic que el desarrollo de las dos formas de hacer historia
literaria,
será avanzar hacia una historia integral de la literatura. Esta a su
vez desembocará con el orbe de su conocimiento específico en las
correlaciones con otras series de hechos y con la historia en general.
(293)
Al anotar esto, el autor chileno advierte contra el riesgo que
seguramente observaba de manera especial en el estructuralismo
imperante en ese momento a reducir el estudio de la literatura a su
campo específico, no relacionándola con su contexto histórico. No
profundiza Goic en el posible resultado de este esfuerzo de enlace
entre los conocimientos literarios y otros no literarios, pero, dado
que sucederían en un mismo sistema cultural (Lotman 1967; Shukma
1977), nos parece que estamos en presencia de algo similar a lo que
proponían Henríquez Ureña y Arrom esbozado teóricamente, a su vez,
por Mannheim, es decir `una historia de la cultura'.
Fiel a la tradición latinoamericana que tiende a integrar los
conocimientos particulares en una comprensión global del mundo, Goic
deja insinuada la integración de la literatura en un contexto
extraliterario mayor, pero, crítico de sus antecesores que a su
parecer se distrajeron en asuntos laterales, se aboca de manera
exclusiva al estudio de la literatura. Más aún, deja dicho que para
llegar a esa confluencia entre las historias interna y externa de la
literatura con otras series de hechos y la historia en general queda
todavía "un largo camino que andar" (293).
Me parece de importancia esta aproximación, que es a la vez un
distanciamiento, de Cedomil Goic a la tradición de los estudios
literarios de aquel momento, en Latinoamérica. Aun cuando considere
posible, incluso deseable, la confluencia de los estudios literarios
con otros campos del saber, lo que viene a decir es que sus
antecesores comenzaron por el final: quisieron llegar a una historia
(o quizás mapa) de la cultura latinoamericana a través de su
producción literaria sin haberse detenido a estudiar el fenónemo
literario en sí mismo, sin separar lo que él llama sus historias
interna y externa, confundiendo y mezclando de esta manera `las series
de hechos' (literarios, económicos, ideológicos, étnicos, religiosos,
etc.) en el contexto cultural.
Ubicado críticamente ante el panorama de los estudios literarios de su
momento, con una propuesta sobre los modos de asumir la historia de la
literatura, Cedomil Goic hace su elección: su aproximación al problema
de la periodización literaria la hará siguiendo el camino de la
`historia interna' de la literatura. Los resultados de la puesta en
práctica de esta idea son sus trabajos de 1968 y 1972 que discutiré
más adelante.
A.4. Historia interna de la literatura (época, período, generación).
Haciendo un recorrido teórico que pasa por Vossler (1943), Martínez
Bonati (1960) y Jakobson (1971), Goic ha elaborado un sistema
tripartito de dominantes, o círculos concéntricos, a observar en la
evolución interna de la literatura. (ver anexo 1): la época como
dominante mayor, el período como dominante intermedia, la generación
como dominante menor.
Sobre `la época', Goic dice lo siguiente:
Como sección amplísima de la historia literaria, la época, determinada
por la vigencia de una determinada mímesis, por un concepto y función
de la literatura diferenciada o por géneros literarios de estructura
singular, muestra una extensión o amplitud multisecular. (1975 en Goic
1992: 294)
Sobre `el período' encontramos una definición clara en una obra
anterior:
Los períodos importan no ya cambios de sistema, sino variedades o
cambios dentro del sistema de la época. (1972: 15)
Por último, `la generación', siempre en el trabajo recién citado,
aparece definida como componente al interior del período:
las generaciones son variaciones del sistema periódico. Puede leerse
por igual en ellas la época y el período que constituyen la condición
de posibilidad del sistema generacional. (15)
Sintetiza Goic diciendo que,
[l]a trabazón sistemática de la historia literaria comporta estos tres
niveles periódicos. (15)
Lo que tenemos entonces es que la generación forma parte de un sistema
explicativo del desarrollo de una literatura (o un género literario) a
través de la historia. Ya no se trata de un factor que pudiera operar
por sí solo o un mero recurso retóricosino de un componente de "la
trabazón sistemática de la historia literaria" (15). No obstante, es
necesario decirlo de inmediato: todo el sistema de interpretación y
periodización literarios que se deriva del modelo goiceano se
sostiene, declaradamente, en el método generacional tal como fuera
propuesto en España por Ortega y Gasset. En consecuencia su núcleo
teórico es la generación, como medida biológicosocial, y de ésta se
deducen los períodos y las épocas.
B. Pragmática del modelo goiceano.
Quisiera tratar ahora casos concretos de aplicación del modelo
goiceano, deteniéndome allí donde cualquier modelo de periodización se
juega su legitimitadad: en la explicación del cambio de paradigma
literario, expresado en obras específicas, en algún momento de la
historia.
Hay en este sentido, en el ordenamiento históricogeneracional
goiceano, un punto de singular privilegio: me refiero al que tiene
como centro el año 1935, en el cual se produce un cambio radical, que
alcanza a los tres planos que deben ser considerados en `la trabazón
sistemática de la historia literaria'. En 1935 se produciría relevo de
época (del realismo al superrealismo) de período (del naturalismo al
superrealismo) y de generación (la de 1912 deja paso a la de 1927).
Así mismo, en los términos de Goic, la novela `moderna' se transforma
en ese momento en novela `contemporánea'. Un importante cambio de
paradigma narrativo deberá por tanto manifestarse alrededor de la
fecha propuesta, 1935.
B.1. Paradigma narrativo o `tipo de narrar'.
En el estudio sobre la novela chilena encontramos una definición
general de paradigma narrativo, presentado como `tipo de narrar':
Tipo de narrar llamamos a la estructura promedio de las relaciones que
guarda el narrador con lo narrado, el mundo, los personajes, el
lector. Esta [estructura] presentaba una estricta congruencia [...] en
la novela bizantina y barroca; el tipo se hace característico por su
incongruencia en la novela moderna.[Con una nota aquí a pie de página
en la que remite a W. Keyser Origen y crisis de la novela moderna, sin
agregar datos bibliográficos]. Ahora, si es preciso describir el tipo
de narrar en la novela contemporánea, nada pareciera caracterizarlo
mejor que su incoherencia. (1968: 142143)
De estos `tipos', los que me interesan aquí son los correspondientes
al naturalismo (la incongruencia) y al superrealismo (la
incoherencia): las mejores definiciones de ellos las podemos encontrar
en su estudio sobre la novela hispanoamericana.
B.2. El paradigma narrativo naturalista.
Este paradigma, vigente durante tres generaciones (criollista,
modernista y mundonovista) entre 1890 y 1934, es caracterizado por
Cedomil Goic de manera categórica: "el Naturalismo es el Positivismo
en literatura" (1972: 105). Por lo tanto la actitud cientificista del
narrador estará presente a lo largo de todo el ciclo naturalista:
La capacidad del narrador como intérprete de la realidad es objeto de
ostentación sistemática. Lo es también el sentimiento de seguro saber
que se apoya en el prestigio de la ciencia y en la conciencia de haber
alcanzado ésta una etapa nueva en el desenvolvimiento del pensamiento
humano. (106)
Este cientificismo, al imponer que
[l]a realidad de verdad es la del conocimiento científico y de la ley
natural que experimentalmente se conoce, [mientras que] la apariencia
es ilusión engañosa, (107)
hará que la obra literaria se convierta en un verdadero arte de
laboratorio:
Los acontecimientos narrativos dispuestos en el proceso de un
experimento en que los personajes son puestos en juego, primero entre
sí mismos y luego en las circunstancias, y observados en su
comportamiento en cada momento, conocidos sus antecedentes y los
componentes de sus caracteres, se precipitarán hacia consecuencia
necesarias, previstas por hipótesis científicas que encuentran su
fundamento en leyes probadas de la ciencia. (107)
Por último, esta caracterización siguiente, que toca cuestiones de
estilo y punto de vista:
Los rasgos estilísticos del modo de representación naturalista de la
realidad configuran, en clara consecuencia con el fisiologismo propio
de la tendencia, una definida característica impresionista. El punto
de vista de la narración se afianza en los sentidos, en las
sensaciones, y en la convergencia de las dimensiones sensibles de la
realidad en sinfónica armonía con los caracteres o las situaciones.
(109)
Así expuesto, este paradigma narrativo está en plena resonancia con el
naturalismo francés: agrega Goic, no obstante, que en las estrategias
narrativas de las tres generaciones naturalistas se observa un `modo
hispanoamericano' que no responde de manera refleja "a la obra de Zola
o del grupo de Medan" (109), aun cuando reconozca su influjo decisivo.
La exposición de la diferencia hispanoamericana en el contexto del
naturalismo no es por ahora mi tema, de manera que remito al lector al
estudio de Cedomil Goic (1972). Lo que sí me interesa son las
diferencias que el crítico chileno establece entre el paradigma
naturalista y el paradigma superrealista, por lo que paso a tratar lo
que nos dice sobre este último.
B.3. El paradigma narrativo superrealista.
Con bastante detalle, en el mismo estudio sobre la novela
hispanoamericana, Goic nos introduce en su concepción de
`superrealismo'. La primera aproximación no alude mucho más que al
lugar que ocupa el nuevo paradigma en el sistema:
Superrealismo, en una primera e inmediata nota, significa superación
del Naturalismo y, en cuanto éste actualiza las posibilidades típicas
de la novela moderna [...] significa esencialmente superación del
Realismo. (1972: 178)
En la siguiente aproximación Goic expone las condiciones de un tipo de
narración, superrealista, cuyas diferencias con las de la época
realista están dadas por el traspaso del interés de los autores desde
el mundo externo hacia el de la propia conciencia y donde el orden
positivonaturalista es reemplazado por el dominio de lo absurdo:
Superrealismo es en una segunda nota, un nuevo modo de representación
de la realidad [...]. El mundo representado en la novela contemporánea
es eminentemente interior, en esencia, es el mundo de la conciencia.
[...] Allí donde anteriormente [primaba] una interpretación
determinista o causalista [de la realidad] nos hallamos ahora ante un
mundo cuya motivación es irrisoria o con la irrisión misma de toda
motivación cuando el acontecer se representa como acausal, azaroso,
absurdo o gratuito. (179)
Para Goic, este nuevo paradigma, encontrable en las novelas
posteriores a 1935, al centrarse en el territorio incierto de la
conciencia del autor, concita lo ambiguo de la realidad toda:
La ambigüedad de la conciencia concita la ambigüedad del hombre, de la
naturaleza, del mito, del sueño, de la locura, de la poesía, del sexo,
y revela la ambigüedad de América, por ejemplo. (178179)
Del mismo modo, esta narrativa es
un modo de representación [que] atrae las determinaciones negativas de
deformación, despersonalización, desobjetivación, desentimentalización
e incoherencia. (179)
Pero no resulta de ello una narrativa "desligada de las cosas y ajena
a toda realidad" (180): por el contrario, esta nueva novela y modo de
representación ponen
en el mundo de la novela algo referido al ser y a las cosas, engendran
en sentido lato un nuevo realismo. (180)
En la siguiente aproximación, como consecuencia de la interiorización
del mundo narrado y del punto de vista autorial, Goic señala una
condición clave de la narración superrealista, cual es su autonomía
como objeto estético:
En una tercera nota, Superrealismo es afirmación de la autonomía de la
obra poética, autonomía de la novela, hermeticidad del cosmos
literario y autosuficiencia de la obra como objeto. (180)
Por último, en una cuarta aproximación, Goic se refiere a las
condiciones del lenguaje en el nuevo paradigma:
La lengua literaria tradicional es desplazada e ironizada por una
nueva retórica imaginista o por una taraceada estructura que reúne
elementos de variado origen, [tales como] lengua literaria, lengua
hablada de variados niveles, citas, grafías arbitrarias, jitanjáforas,
etc. (180)
Resumiendo: para Cedomil Goic la ruptura entre realismo (representado
en su momento final por el naturalismo) y superrealismo está dada
fundamentalmente por la interiorización del punto de vista narrativo,
de lo cual resulta la concitación en el texto de lo absurdo y deforme.
Esto sin embargo no conlleva un desconocimiento de la realidad
concreta: por el contrario, posibilita la develación de nuevas
realidades crea un `nuevo realismo', en un objeto estético
autónonomo y de gran riqueza idiomática (3).
B.4. Paradigmas y generaciones (en la novela chilena).
Ubicados de esta manera en el momento superrealista, con su propio
`tipo narrativo' o paradigma, (la incoherencia), creo que podemos
retornar al momento clave, 1935, para ver de qué manera Goic explica,
en casos concretos, al paso de un momento (naturalista) al siguiente
(superrealista). De los dos estudios que he venido mencionando en este
apartado, es en el primero, sobre la novela chilena, donde Goic expone
con mayor claridad esta transformación, por lo que me detendré
principalmente en él. Para desarrollar su propuesta, Cedomil Goic
divide en primer lugar su selección de ocho novelas (y generaciones)
en dos bloques:
Fuente:
www.crítica.cl
Ricardo Cuadros, Amsterdam 2005
volver al capítulo anterior: EL METODO GENERACIONAL EN LATINOAMERICA
NOTAS
1. Hablando de ésta Goic ha señalado: "Contribuyeron [en ella] mi
formación inicial dentro de la Estilística Romance y en la fase
crítica el conocimiento del New Criticism, el formalismo ruso y el
estructuralismo y, luego, de lo que se ha llamado el
postestructuralismo y la semiótica como momentos teóricos" (1992:
prefacio. S.n.p.).
2. En una nota a pie de página, Goic señala su deuda, en este punto,
con G. Genette (1971) y K. Vossler (1943).
3. Creo conveniente aclarar que este `nuevo realismo' de Cedomil Goic
es una categoría del todo distinta al `neorrealismo' de Fernando
Alegría (1962). La distinción fundamental es que el `nuevo realismo'
goiceano es de tipo superrealista y pertenece al orden de `la historia
interna' de la literatura, mientras que el `neorrealismo' de Alegría
se opone a las tendencias superrealistas y nombra un tipo de narrativa
imbricada con el proceso social.
4. En su esquema de periodización Cedomil Goic deja abierta la fecha
en que se completaría la vigencia de la generación de 1957. No
obstante, de acuerdo a los ejemplos anteriores esta no podría ser otra
que 1979, por lo que me atrevo a agregarla.
5. En su ensayo sobre la Historia de la novela hispanoamericana de
Cedomil Goic, Walter Mignolo discute igualmente otros casos de autores
que por su edad pertenecen a una generación pero cuya escritura podría
situarse en el `sistema de preferencias' de otra: "no es seguro que el
caso de Vargas Llosa sea el ejemplo adecuado del sistema de
preferencias de la generación de 1972, donde existen ejemplos como los
de Severo Sarduy, Reynaldo Arenas, Jorge Aguilar Mora. Teniendo en
cuenta estos ejemplos, es claro intuitivamente que el sistema de
preferencias de esta generación es distinto al de Vargas Llosa, que
parece insertarse mejor en el de la generación de 1957. [...] Por el
contrario, el caso de S. Elizondo o N. Sánchez sería inverso:
inserción en el sistema de preferencias de la generación del 72,
aunque pertenecientes a la de 1957" (1976: 43).