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Las últimas millas navegadas del Virgen de la Bella
Relato del primer pescador Pedro.
Año 1997. Me encontraba navegando en el BP (Barco Pesquero) Don
Francisco en zona de Rawson, Chubut. El BP Virgen de la Bella estaba
amarado en Puerto Rosales, provincia de Buenos, en las cercanías de
Bahía Blanca.
Me llama el dueño del BP Virgen de la Bella, también dueño del BP Don
Francisco, y me dice me desembarque del BP Don Francisco para ir a
buscar al BP Virgen de la Bella a Bahía Blanca. Para esa época, yo ya
no quería ir a los barcos grades – o factorías – estaba bien en el BP
Don Francisco – dos o tres días máximo y a puerto. Como todo marinero
pescador, joda todos los días, pero como ya había navegado mucho en el
BP Virgen de la Bella, la empresa me quería ahí a mi.
Bueno, le dije al dueño que iba, con una condición de hacer dos o tres
viajes en la zona de Mazarredo, provincia de Santa Cruz. Se comentaba
que estaba apareciendo buen marisco y en cardúmenes grandes, lo que
permitía que los barcos completaran en pocos días, entre 70 y 100
toneladas de langostino. Me gusto la idea. Emprendimos viaje a Puerto
Rosales donde estaba y nos esperaba el renovado Virgen de la Bella.
Empezamos a armar el barco, yo primer pescador de cubierta y Cofre el
Sapo, controlador de calidad del producto a pesca: langostino. Como
siempre yo llevaba a mis compañeros: el Colo, Chupa, Termidor. En ese
momento eran los únicos que andaban en tierra y como el barco estaba
parado, nadie quería ir. Entonces con el Sapo y el Colo hicimos un
rejuntados de marineros. Pero éramos pocos con experiencia en
clasificar el marisco.
Con Termidor (Luis) – el mismo apodo lo dice todo – teníamos que tener
abundante vino porque sino no navegaba. Muchos de los marineros y
compañeros del Virgen estaban navegando en otros barcos, un rejuntado.
También lleve a mi hermano, quien me dijo si podía ir su amigo: ellos
dos eran menores, era su primer viaje y tenían 16 años. Dos o tres
marineros de Bahía Blanca a quienes recién les daban la habilitación
de marineros, otros dos o tres de Rosario en las mismas condiciones.
Llego el momento que la tripulación estaba armada, el día de salida
con el barco alistado pero, como siempre, al dueño le costo sacarnos
de los boliches del puerto de Bahía Blanca. Logramos salir, pero
faltan marineros con experiencia sobre el manejo del marisco:
langostino. Necesitábamos clasificadores. Navegando hacia el sur, al
BP se le iban rompiendo las bombas, las luces, los enfriadores, los
túneles de congelado: se los iban reparando sabiendo que todo eso
pasaba por el tiempo que estuvo en desuso. Algunos de los marineros
novatos se desembarcaron en Pto. Rawson, otros cuando atracamos en el
puerto de Comodoro Rivada.
El punto para nosotros era Mazarredo, donde se encontraba toda una
flota de barcos pescando langostino. Las informaciones que teníamos
era que en Mazarredo se estaba haciendo mucho langostino: no nos
importaba cuantos de nosotros estábamos capacitados. La empresa
armadora ya sabía y andaba en busca de marineros con experiencia en
clasificar.
Llegamos a Mazarredo, con todos los problemas que se puedan imaginar
cuando un barco esta por mucho tiempo en desuso y vuelve al agua. Nos
encontrábamos en zona de pesca, por la mañana temprano, las redes ya
estaban en el fondo del mar, el barco bien posicionado. Esto, gracias
al capitán de pesca que había en ese momento: tenía mucho conocimiento
y suerte el gordo Gille, la Tota como muchos lo llamaban. Yo, por
empezar, no me he llevado bien con los capitales de pesca. Tengo mis
ideas y las hago valer porque también he obtenido mucho conocimiento
sobre artes de pesca. También defiendo los derechos del trabajador, la
comodidad del alojamiento y la higiene: no soy sindicalista, pero si
me rijo por lo justo.
Primer día de pesca, tres o cuatro toneladas. Con la poca gente que
había era una barbaridad lo que habíamos producido. Era todo
entusiasmo por pescar langostinos: poníamos toda la voluntad de hacer
todo el marisco que caía a cubierta.
Segundo día de pesca, también entre dos o tres toneladas de
langostinos.
Pese a que ya habíamos pedido refuerzos de clasificadores de
langostino a la empresa armadora, a ella le costaba encontrar
marineros con experiencia porque todos estaban navegando. El 1977 fue
el año donde comenzó a darse el langostino en cantidad. Después de
tantos años sin aparecer los famosos langostinos y a nosotros nos
llegó el día de la mala suerte.
Las 16 horas del tercer día de pesca en la zona de Mazarredo: mucho
langostino, la Tota en calzoncillos y medias rotas – una de cada color
– saltaba en la cubierta de alegría. Con dos inmensas bolsas de
langostino amuradas en ambas bandas del barco me encontraba dirigiendo
la maniobra para que se pusieran los estrobos y las bozas más gruesas
para que quedara una bolsa en una banda bien abozada. La que se
encontraba a barlovento sería la última que subiríamos por el hecho
que teníamos tanto las redes como los cabos en el agua; a la de
estribor la subiríamos primero y la de babor la dejaríamos bien
abozada y estrobada. El poco viento de esa hora era del SW. En ese
momento me encontraba junto a la Tota cuando miré por la banda de
estribor y veo un barco inmenso que navega con proa hacia nosotros.
Miro a la Tota y le digo:
Avisale a ese barco que cambie el rumbo porque sino nos va a
colisionar. Nosotros tenemos las redes en el agua. Y el pescado en las
bandas… Avisale…, se viene encima de nosotros… Avisale, que se viene a
toda máquina….
Todos los marineros abozando, estrobando, preparando la cubierta para
que entrara todo el langostino que había en cada bolsa, y de repente,
empecé a gritar:
*
¡Nos colisionan!...
La Tota corrió al puente de mando, pero fue tarde. El BP Alvamar VI
nos colisiono. Fue un momento de locura, pánico: alcance a ver el
puente de mando del Alvamar y veo a uno de anteojo que se agarra la
cabeza. Empecé a correr en busca de mi hermano: cables cortándose,
gritos de ¡nos hundimos!... Marineros que se tiraban en la cubierta,
que no entendían lo que estaba pasando.
No duró mucho, pero nos dejó un tangón menos, una avería en bodega y
otra avería en sala de máquinas.
Encuentro a mi hermano y a su amigo que estaban sin palabras, me
miraban y no entendían nada. Lo primero que les pregunte – que fue lo
mismo que pregunte a los que encontré en mi camino – así como en un
flash: si estaban bien, sanos…
Había marineros mayores de edad, pero con poca experiencia: les volví
a preguntar a mi hermano si estaba golpeado. Me contesta que no y que
su amigo tampoco.
Les recomiendo que tengan cuidado porque ha cables sueltos, aceite de
maquina derramado en popa por lo que el piso esta resbaladizo, un
tangón en el agua, “caminen con cuidado…”
El BP Alvamar se alejó mas o menos ½ milla o un poco más. No se acerca
nunca. Empiezo a observar dónde fue la colisión y bajo a la bodega.
Empezaba a notarse agua debajo del estibaje de cartones de embalar el
producto pescado. Empiezo a correr el cartón en busca de la avería.
Bajan el Colo y el Chupa y encontramos una avería de más o menos 0,50
x 0,80 m de rajadura en el casco. En ese momento, otro marinero me
comenta que en maquinas hay otra avería. Se queda el Chupa en bodega.
Yo voy a máquinas y ahí estaba Julito: la avería estaba detrás del
tablero de electricidad. Empezamos a achicar porque el agua subía.
Logramos desagitar la bodega, también la sala de máquinas, pero empezó
el viento del O que aumento en poco tiempo. De 1 1/2 kn subió a 3
nudos y cuando el barco se empezó a mover, el casco comenzó a rajarse.
¿Qué hacemos? Ya estaban varios barcos cerca: nos pasaron bombas de
achique pero no era suficiente. Las bombas no daban abasto. Con cada
instante que pasaba miraba como milímetro a milímetro se iban llenando
los compartimientos: bodega y sala de máquinas. En eso aparecido un
gomón con un motor fuera de borda y dos gallegos – españoles con más
bombas de achique. El mar estaba navegable para ese, pero también el
viento iba en aumento momento a momento. El viento empezaba a formar
rizos con espuma en la escala de Beaufort 2, olas muy pequeñas. Hablé
con la Tota y le digo en forma de pregunta: ¿qué hacemos?. Los dos nos
quedamos callados.
¡¿Lo salvamos?!, me pregunto. Estábamos haciendo todo lo posible, pero
no se sabe… Hemos encontrado dos averías y, si hay más, agrego:
Aprovechemos el gomón que nos trajo las bombas y mandamos a los
muchachos a otro barco antes que sea más tarde y el viento se ponga
más fuerte.
Bueno, me dijo, al Alvares, listo.
Bajé corriendo. Les comento a todos los que encuentro por el camino
que preparen sus cosas, que el gomón los trasbordaría al otro barco.
El Colo no se quería ir porque siempre navegó conmigo, pero la Tota,
el capitán, me dijo:
Pedro, nos quedamos lo justo: yo, el jefe de máquinas y segundo de
máquinas, segundo patrón de pesca – Julito, yo, que estaba de primer
pescador y
Cofre, el Sapo, que estaba de encargado de planta. Todos los demás se
fueron al BP Alvamar. Antes del trasbordo, el Colo y el Chupa me
ayudaron a tirar la balsa salvavidas al agua en popa del barco
colisionado. Como el Colo no se quería ir, le dije:
Dejame bien amarrada la balsa en popa. Tirame unas frazadas, por las
dudas. Hay muchos barcos alrededor, pero uno nunca sabe lo que nos
puede pasar y andate…
Se quedó mirando. Continué diciendo:
Yo voy a seguir sacando agua, pero está muy difícil.
El Chupa, otro compañero – hoy, capitán de pesca – también se quería
quedar. Le comenté:
Vos estabas en la bodega conmigo cuando encontramos la avería y
también viste la avería de la máquina. Ahora, están los dos
compartimientos hasta la mitad con agua. Chupa, entre menos nos
quedemos en el barco, mejor es, por seguridad.
Se hizo el trasbordo en dos o tres viajes. No recuerdo bien, ya han
pasado más de 10 años del naufragio.
Me acuerdo que, justo debajo de la almohada, en mi cucheta, tenía mi
reloj y una navaja que me había regalado un español. El reloj, además
del valor sentimental, tenía un buen valor económico. Los busque pero
no estaban y nunca más los encontré. Se empezaron a apagar las luces
del barco, poco sol estaba quedando, empezaban a alumbrar las luces
del barco. Algunas de 24 Volt, otras de 110 o 220 Volt. Bajo a
máquinas. Todos los que quedábamos estábamos en popa, algunos en la
balsa porque la bodega y la máquina estaban llenas de agua. Pero, mi
curiosidad me hace bajar a maquinas y presencio cuando el motor
principal se detiene porque se ahoga con el agua. Siento su ultima
explosión: era como si el corazón de un ser vivo se parara y en ese
instante se apagaron todas las luces. Quede a oscuras, pero conociendo
el barco de memoria. Salí corriendo a popa donde estaban Julio y la
Tota. Los demás en la balsa salvavidas. Una luz que nos alumbraba,
seguramente conectada a alguna batería o a algún generador al que no
le había llegado el agua. Estaba fácil para caer a la balsa, pero como
había viento fuerte, ya en ese momento, le digo a la Tota.
Capitán, yo soy joven y ágil: tirate vos primero, que yo te sigo. De
esta manera mantengo la balsa pegada al casco, porque a los que
estaban en la balsa se le hacia más difícil hacer fuerza.
Pero, me contesta:
Yo soy el capitán y por eso soy el ultimo en abandonar el barco. Por
eso te ordeno que te arrojes a la balsa.
Lo quede mirando, creo que estaba nervioso pero, como conozco el
reglamento, caí parado en la balsa salvavidas.
Estaba nervioso, era entendible. El barco que él comandaba estaba
hundiéndose.
El viento nos azotaba contra el casco. La boza era muy delgada, el
francobordo estaba alto, la balsa no se quedaba quieta, la Tota con
120 kg. de peso, 1,65 kg de estatura, la panza redonda no le dejaba
pasar el salvavidas. La panza que tenia la Tota parecia un salvavidas
circular incorporado al cuerpo.
Le gritamos que esperara a que la balsa se abriera y que, al volver se
arrojara, ya que golpeaba con fuerza contra el casco Estaba solo en la
popa del barco. Fue un momento de tensión porque la Tota no quería
dejar el barco o, quizás, tenía miedo de arrojarse sobre la balsa
salvavidas. Tomo aire y se arrojo, cayo al agua lo que dio pie a otro
problema: el gordo en el agua. Desde allí no hacia nada por subir a la
balsa, los minutos pasaban. La balsa se alejo del casco lo que la boza
tenia de largo, el Sapo tenia a la Tota de los brazos, yo lo tomaba de
la ropa y, además con la navaja en la boca para cortar la boza, una
vez que a la Tota la tuviéramos adentro. Fueron segundos
interminables, finalmente me largue al agua y lo empuje al gordo hasta
que cayo en el medio de la balsa. Lloraba porque no sentía las
piernas: el tiempo en el agua más el susto hizo que se les
adormecieran. Apenas subí, corté la boza que nos tenía amarrado al BP,
que estaba ya hundiéndose. Empezamos a darle calor en las piernas a la
Tota y en esos momentos apareció el BP Alvares y nos levantó.
El BP Virgen de la Bella hizo una explosión, se hundido de popa. El
ultimo adiós al BP Virgen de la Bella. El BP Alvares puso rumbo WNW
hacia Comodoro Rivadavia, donde nos desembarcaron al día siguiente.
En el BP Alvares yo tenía varios conocidos: el cocinero, que me dio
dos botellas de whisky y el camarero, que era una camarera conocida
mía, me ofreció su cucheta. Después de tanto luchar tratando de salvar
al BP Virgen de la Bella, termine durmiendo con perfume de mujer y
ositos de peluches. Días – y largas jodas después, me fui a navegar
en el BP Félix Augusto.
Una pequeña reseña de una experiencia que jamás olvidaré. Sé que
después de más de 10 años al escribir esto, muchas cosas se me habrán
escapado, pero, bueno, así fue el naufragio del barco pesquero Virgen
de la Bella, que se encuentra sin balizar a la altura de la provincia
de Santa Cruz, latitud 46 54 9 S, longitud 66 10 8 W.
Pedro Zebinden
Pescando en algún lugar de la costa patagónica, en libertad.
Glosario:
Abozar: Sujetar con bozas.
Achicar: Extraer el agua u otro líquido de una sentina,
compartimiento, doble fondo, etc., de un buque, ya sea mediante
bombas, achicadores o cualquier otro medio.
Armar: Aprestar y abastecer a los buques de todo lo necesario para la
navegación y cometido. Sinónimo de aparejar.
Avería: Daño que recibe el buque en cualquiera de sus partes.
Babor: La banda o costado izquierdo del buque mirando desde popa a
proa.
Balsas salvavidas: Son flotadores destinados a sostener sobre el agua
a cierto número de personas en caso de emergencia. Tienen que estar
construidas de manera que mantengan su forma y características. Son de
caucho o goma sintética. Se hinchan con el gas a presión que llevan en
una botella y que se dispara al accionar de la tira que incorporan.
Consta de dos anillos tubulares superpuestos e independientes o
conectados con una válvula tipo “bypass”. Cada uno de estos anillos,
por sí sólo, es capaz de sostener al personal previsto, es decir, que
la balsa tiene, por lo general, una capacidad doble de la necesaria.
Las balsas van dentro de un de un contenedor, que se sujeta a bordo
con un zuncho, accionado por una válvula hidrostática, que actúa por
presión al hundirse el barco y llegar a una profundidad de unos dos
metros. Sobre dicha válvula se puede accionar también de forma manual.
La balsa dispone de un cabo que va hecho firme al barco. Su tensión
acciona la apertura de la válvula de la botella de aire comprimido con
el que se hincha la balsa. Este cabo va unido a otro más corto por si
alguien quiere abrir la balsa a mano. El tamaño y los pertrechos de la
balsa van de acuerdo con el tipo de navegación a que se dedica el
barco, pero hay algunas cosas imprescindibles: bengalas, cuchillo,
instrucciones de supervivencia, sedal y anzuelos de pescar, ancla
flotante, agua, comida, botiquín, fuelle para hinchar la balsa, equipo
de reparación con pegamento y parches, achicador, silbato, linterna,
espejo de señales y remo.
http://barcos.sinsopa.com/diccionario/diccionariodefinicionbalsassalvavidas.asp
Barlovento: La parte de donde viene el viento, con respecto a un punto
o un lugar determinado.
Bodega: Amplio compartimiento que, verticalmente, se extiende desde la
cubierta superior o principal hasta el plan del buque. Interiormente,
se divide en tantos entrepuentes como cubiertas atraviesa. Sirve para
estibar la carga y provisiones.
Borda: La parte superior del costado de un buque.
Boza: Cabo o cadena corta, firme por un chicote a un cáncamo o argolla
de cubierta o cualquier punto del buque, sirve para sujetar, con
varias vueltas del otro chicote, a determinado cabo o cable de
maniobra. Boza de la cadena del ancla, es un ramal de cadena que puede
tener o no en uno de los chicotes, un gancho con disparador para
asegurar la cadena del ancla y en el otro chicote, un tensor para
templarla. Amarra corta de una embarcación menor, firme a una anilla
de la proa.
BP: Barco pesquero
Cable: El formado con cordones de hilos de hierro o acero. Medida de
longitud que equivale a la décima parte de una milla o sea 185,20
metros.
Cabo: Cualquiera de las cuerdas que se usan a bordo. Punta de tierra
que se interna en el mar.
Cámaras: Son departamentos cerrados por mamparos, con destino
especial: así se llama cámara de máquinas, cámara de calderas a los
locales donde van unas y otras emplazadas. Al decir solamente cámara,
cámara de oficiales, cámara de pasajeros, se refiere al local
compuesto de varios pequeños departamentos o camarotes, arreglados con
literas para dormir y demás comodidades para el alojamiento de la
plana mayor o pasajeros y también al salón que les sirve de comedor y
lugar de reunión. Las cámaras pequeñas que sirven de alojamiento o
comedor al personal de determinadas categorías, se llaman Camaretas.
Casco: Es el armazón de un buque junto con su forro interior,
cubiertas, etc., pero sin incluir los mástiles, aparejos y todos los
demás elementos que forman la superestructura.
Cubierta: Cada uno de los suelos o pisos que se apoyan en los baos y
esloras.
E: Este
Estibar: Distribuir y colocar la carga de un buque, de modo que ocupe
el menor espacio posible, y quede asegurada del menor movimiento.
Estribor: La banda o costado derecho del buque, mirando de popa hacia
proa.
Estrobo: Anillo de cabo que se forma arrollando sus chicotes sobre sí
mismo, para abrazar a un objeto.
Franco bordo: Distancia medida verticalmente sobre los costados del
buque y a mitad de la eslora, a partir de la arista superior de la
línea de la cubierta hasta la arista superior de la línea de carga.
Del valor del franco bordo depende la seguridad del buque en el mar,
ya que establece la altura de la cubierta, que posee medios
permanentes de cierres para todas las aberturas expuestas a la
intemperie sobre la superficie del agua.
Kn: nudos. Del inglés knots
N: Norte
Nudo: Enlace de dos cabos o de dos partes del mismo cabo, con vueltas
que varían en forma y número, según el objeto o aplicación del nudo.
Medida de velocidad que equivale a millas por hora.
O: Oeste
Patrón: El que gobierna una embarcación menor, con licencia para ello,
que no le exige conocimiento técnico de pilotaje.
Popa: La parte posterior de un buque.
Proa: La parte delantera del buque.
Rumbo: Dirección de la marcha de un buque. Abertura en el casco,
producida por accidente.
S: Sur
Sotavento: El lado contrario de donde viene el viento.
Tangón: Percha que se utiliza para establecer la Spinnaker, o amarrar
botes o arrastrar artes de pesca. En su primera función se articula al
palo por medio de una boca cangrejo o un pinzote y tintero.
Vía de agua: Abertura en el casco, por donde penetra el agua.
W: Oeste
WNW: Oeste Noroeste
http://www.mnaustral.com/glosario.php?valueZ/20101017
Nomenclatura de las partes de un barco
Casco. Se da este nombre al conjunto de piezas de madera o hierro,
que fuertemente ligadas entre sí, tienen una forma adecuada para
transportar personas, carga, etc.
Eslora. Es el largo del buque, contado de popa a proa.
Manga. Es el ancho del buque en la cuaderna maestra.
Puntal. Es la altura del buque en la cuaderna maestra.
Proa. Es la parte delantera del buque, construida de forma de cuña
para cortar fácilmente el agua.
Popa. Es la parte posterior del buque.
Estribor. Es la parte que queda a la derecha de un observador situado
a popa, mirando hacia proa.
Babor. Es la parte situada a la izquierda del mismo observador.
http://mnaustral.com/tallerNomenclatura+de+las+partes+de+un+barco14.html/20101014